Envenenan el Agua
Oscar D. Ballinas Lezama
El problema del agua para consumir es cada vez más grave en México, las empresas transnacionales se han venido apropiando poco a poco de los derechos sobre el vital líquido, lo que se confirmó hace pocos meses cuando el presidente Enrique Peña Nieto firmó una decreto para la privatización de este elemento principal para la sobrevivencia de la humanidad.
La defensa que hace el Gobierno Federal sobre este tema tan escabroso, es que el Presidente de la República en funciones sólo autorizó un decreto para regularizar el uso irregular del agua, sin aclarar sobre el anuncio del Gobierno Federal de que se prepara una iniciativa para privatizar los mantos acuíferos.
Sin embargo, el Tlatoani nacional jura y perjura que el decreto que firmó es para que 80 mil usuarios de agua que hay en todo el país, de manera acelerada y acogiéndose a este decreto puedan regularizar sus derechos sobre los recursos hídricos.
Los hombres de ciencia han dejado en claro que los recursos hídricos es uno de los temas naturales de mayor importancia en la tierra; al grado que las recientes investigaciones del planeta Saturno están canalizadas a buscar vestigios de agua al igual que en otras estrellas y en la misma luna.
Donde sea que pudiera haber agua, ahí están los gobiernos del llamado primer mundo buscando una esperanza de encontrar el preciado líquido, sabedores de que con los años puede agotarse en la tierra el agua dulce, considerando que el 97 por ciento es salada y se encuentra en los mares; la dulce representa apenas un 2.5 por ciento y el resto está en los glaciares.
Sólo le queda a la actual humanidad, la esperanza del agua de las lluvias, las que pueden recargar los acuíferos a donde llegan contaminadas por lo que necesitarán filtros especiales para un adecuado tratamiento y mejorar su calidad; pero al paso que va la humanidad deteriorando el medio ambiente y fomentando el calentamiento global, no da esperanzas para que se utilice por mucho tiempo.
En Chiapas, conforme han pasado los años, los ríos, lagunas y esteros se han venido secando debido al calor intenso y a la tala inmoderada de los árboles, amén de que la gente irresponsable no deja de contaminarlo con basura, animales muertos, plásticos y lo peor de todo, con herbicidas y pesticidas que tiran sobre la tierra y el aire; finalmente esos residuos venenosos son arrastrados hacia los mantos freáticos.
Los pozos artesianos están casi secos y contaminados, al igual que el agua que surten las plantas ‘potabilizadoras’, que acaban envenenándola con una diversidad de químicos que según los políticos y funcionarios encargados de administrar el vital líquido, sirven para ‘limpiarlo de contaminantes’; es decir, lo descontaminan con contaminantes.
Lo poco que es rescatable para el consumo está cayendo en manos de la iniciativa privada, que está haciendo el negocio de su vida vendiéndola al precio que desea o convirtiéndola en refrescos embotellados.
En San Cristóbal de Las Casas, por ejemplo, recientemente los pobladores denunciaron que están quedándose sin agua debido al abuso que hacen de ella las empresas refresqueras, que además generan otro grave problema con la fabricación de bebidas embotelladas, las cuales por el azúcar generan ya una epidemia de diabetes en todo ese municipio, afirmaron los quejosos afectados.
En Tapachula no se canta mal las rancheras, se cuenta con una planta potabilizadora y una red de distribución de agua más viejas que la revolución, consecuentemente, el usuario consume líquido contaminado por heces fecales, animales muertos y decenas de diversas bacterias que los encargados de vender este producto tratan de destruir con cloro y otros químicos dañinos para la salud humana, saliendo más cara la medicina que la enfermedad.
Los ríos de la costa chiapaneca, no son más que conductores de agua contaminada que van a parar al Océano Pacífico, donde envenenan el mar, la flora y la fauna, esta última, regresa a los responsables a través de los mariscos que consumen o cuando se bañan en sus playas; llevando así, en el pecado la penitencia.
Millones de seres humanos utilizan o consumen agua con materia fecal, de ahí que en lugares como la costa chiapaneca, la salmonella y otras enfermedades gastrointestinales han proliferado y causado no sólo pérdidas económicas por los gastos en doctores y medicinas, sino también por muertes en los casos severos de infección.
Hay lugares como en la ciudad de México, donde ni agua contaminada obtiene la gente, por lo que empieza a crearse un problema muy serio en esa sociedad que está por estrenar nuevos líderes políticos, que han jurado y perjurado traer la varita mágica en las manos para darle solución a esta crisis de falta de agua, la que se está convirtiendo en una panacea más no sólo de México, sino del mundo entero.
Pero a la sociedad parece no importarle mucho la falta de agua , al menos en este país de las maravillas donde es más importante un partido de futbol, una taranovela o el circo de las elecciones, considerados ‘las joyas de la corona’.
Mucha gente considera que agua hay hasta para tirar para arriba, al menos en Tapachula se cuenta con los ríos Coatán, Cahoacán, Tiplillo, en los que nadie puede tomar un sorbo de agua sin el riesgo de contaminarse mortalmente; existen también un montón de empresas purificadoras de agua que están secando los mantos freáticos, y al final venderán un garrafón a precio de oro, porque sin agua nadie puede vivir. ¿O usted si, amable lector?