Desabasto de Agua, la Constante
Ernesto L. Quinteros
No hay autoridad, ni poder humano que haga cambiar el mal servicio que presta a miles de usuarios el Comité de Agua Potable y Alcantarillado de Tapachula (COAPATAP).
Lo único que manda puntual el organismo paramunicipal es el recibo de cobro con una tarifa exageradamente elevada por el pésimo servicio.
Los habitantes de las colonias del sur de la ciudad se siguen quejando de lo mismo “no hay agua potable”.
Cuando anduvo en campaña el todavía presidente municipal de Tapachula, Oscar Gurría Penagos se jactaba de conocer los problemas más sentidos de la población. Prometía un cambio en el gobierno, sobre todo cuando visitaba alguna colonia de la geografía local, entre ellas las del sur de la ciudad.
Prometió atención y solución a la gran diversidad de problemas que existe en el municipio. Pero la realidad salta a la vista, y no se puede esconder las múltiples deficiencias en los servicios públicos municipales.
Y el primerísimo lugar en denuncias de parte de la población se lo lleva el COAPATAP, por el persistente desabasto de agua.
De ahí, súmele los altos niveles de inseguridad, la falta de obras, las calles destrozadas, el pésimo servicio de alumbrado público y otras deficiencias que se han hecho el común denominador del Ayuntamiento.
Y para muestra un botón, en la colonia Nuevo Mundo Tres, donde los lugareños lamentan el olvido al que los han sometido las autoridades.
Yolanda Mendoza García, vecina de ese sector de la ciudad, dijo en entrevista al rotativo EL ORBE, que desde hace dos meses reportaron una gran fuga de agua potable pero su denuncia no ha sido atendida.
Eso ha originado, según dijo, no solamente el desbasto del vital líquido, sino también grandes lodazales en las calles, en donde los mismos pobladores han tenido que regar tierra para permitir que la gente pueda transitar.
Reconoció que también las calles se encuentran destrozadas y que han solicitado formalmente que sean reparadas, al igual que el resto de los servicios públicos, pero que tampoco les han dado respuestas positivas.
En el caso del alumbrado público, de plano dijo que no hay, y consideran, es uno de los factores por el que los índices delictivos en esa colonia sean preocupantes.
Puso de ejemplo la propia experiencia que ha vivido su familia, ya que aseguró que le han entrado a robar en su casa en dos ocasiones.
Concluyó que la presente administración municipal no ha presentado interés en atender los reclamos de la población.
Y mientras esto sucede, todo parece indicar que los famosos números telefónicos de “supuesta atención ciudadana” que dio a conocer el todavía edil Gurría de manera pública en los medios oficiales del Ayuntamiento, están descompuestos.
Fuentes del Gobierno local manifiestan que nadie quiere hacer esa chamba de escuchar las mentadas de la población tapachulteca. Y es por ello que las benditas líneas telefónicas están apagadas, nadie contesta, menos el Edil.
El hartazgo ciudadano crece entre la población ante la indiferencia de los funcionarios municipales de la administración morenista. ¿Ese era el cambio que prometieron?
Por hoy ahí la dejamos, nos leemos mañana. ¡Ánimo!
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