Policías Matones
Ernesto L. Quinteros
No hay justificación, tampoco pretextos para tratar de evadir aplicar la ley en contra de los involucrados en la masacre de los 19 migrantes que fueron encontrados calcinados en el Estado de Tamaulipas, el pasado 22 de Enero.
Sin duda, es un hecho se sangre vergonzoso, que pone al descubierto dos cosas que siguen sucediendo en México: uno, los grupos criminales siguen operando a sus anchas en diferentes zonas del país, y dos, que hay autoridades involucradas con la delincuencia.
Esta información ya le dio la vuelta al mundo, es un escándalo internacional, más ahora que la Fiscalía General de Tamaulipas reveló de 12 policías estatales involucrados ya detenidos, así como investigan a agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), y en esta dependencia en cualquier momento van a destapar la cloaca.
La presión social sobre la investigación de este caso aumenta, ya que de nueva cuenta las benditas redes sociales son el escenario en donde se filtra información de todo tipo.
Un dato que tiene a los elementos del INM comiéndose las uñas, es que una de las camionetas calcinadas, cerca de donde encontraron los cuerpos de los 19 migrantes, curiosamente había sido asegurada por agentes migratorios en fechas anteriores.
Se trata de una Toyota Sequoia, con placas RKY-418-A, y fue asegurada el cinco de Diciembre del 2020 por el INM, en Escobedo, luego de que la Policía Municipal descubrió una casa donde se refugiaban 66 migrantes.
La pregunta obvia es, si la camioneta había sido asegurada por agentes del INM, ¿qué hacía en circulación?, y peor aún, ¿qué hace en la escena de un crimen?
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, anunció que la investigación en contra de los agentes migratorios está en curso, para deslindar responsabilidades.
Mientras esta trama de corrupción y violencia extrema se aclara. Aquí en la región de la frontera sur la ola de migrantes que cruza de manera intermitente la línea divisoria entre México y Guatemala no se detiene.
Y sin importarles que arriesgan la vida y la de sus familias, los migrantes de distintas nacionalidades se exponen a caer en manos de grupos criminales sanguinarios en México, en donde hay elementos de distintas corporaciones vinculados con crimen organizado. ¿Alguien dijo que quería un cambio?
Policías de Cacahoatán en Paro.
Hablando de policías, en el municipio de Cacahoatán estalló el paro de labores por parte de elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, hartos de que el todavía Presidente Municipal priista, Julio Calderón Sen, no atiende las carencias que existen en esta corporación.
Se comenta en este municipio fronterizo, que el Edil anda más preocupado por buscar a su próximo sucesor para que le cuide las espaldas, que atender su responsabilidad como primera autoridad, y brindar seguridad a la población.
El asunto se complica, ya que los polis no tienen ni calzado, desde hace meses tampoco les dan uniformes nuevos, y para colmo, aseguran que de las ocho patrullas que existen, sólo sirven tres.
Y entonces vienen las preguntas: ¿en qué se gastan los recursos del fondo 4, que religiosamente manda la Federación mes a mes para suministrar todos lo necesario en materia de seguridad?, y ¿por qué tanto gasto en gasolina, si las camionetas no sirven?
Todo indica que al edil Julio Calderón Sen ya se le salió de las manos el control de su municipio debido a sus omisiones y falta de compromiso social.
El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva DE SU AUTOR y no del periódico que la publica.
Por hoy ahí la dejamos, nos leemos mañana. ¡Ánimo!
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