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Con ya más de 2800 muertos tras el terremoto en Marruecos, el número va aumentando a medida que los diferentes equipos de rescate alcanzan las aldeas más remotas.
El alcance de la devastación del terremoto en Marruecos se está haciendo evidente a medida que las aldeas remotas son alcanzadas por el mundo exterior.
Con muchas pequeñas comunidades arrasadas, los supervivientes están enterrando a sus familiares o trabajando en la retirada de escombros para recuperar más cadáveres. En este pueblo de montaña de la Imi N’Tala, han muerto al menos 70 personas.
El terremoto del viernes – el más fuerte en Marruecos en más de un siglo – mató a más de 2800 personas, y los supervivientes exigen ayuda y rapidez. El número de víctimas alcanzó 2862 muertos y 2562 heridos hasta las 19.00 del lunes hora local.
«Nos sentimos completamente abandonados aquí, nadie ha venido a ayudarnos. Nuestras casas se han derrumbado y no tenemos adónde ir. ¿Dónde va a vivir toda esta pobre gente?», se lamenta una residente.
El Gobierno marroquí está siendo presionado para que acepte más ayuda internacional, mientras los equipos de rescate luchan contra el agotamiento.
Hasta ahora, sólo ha aceptado ayuda de cuatro países: España, Reino Unido, Qatar y Emiratos Árabes Unidos. Pero Estados Unidos, Túnez, Turquía, Taiwán y Francia son algunas de las naciones que también están ofreciendo su apoyo.
«La gente que vino a cavar eran aldeanos, jóvenes, ancianos, y otros jóvenes de pueblos vecinos vinieron a ayudar, cavaron con simples herramientas de mano», informó otro residente.
La ONU ha estado evaluando el impacto de la catástrofe en algunos de los más vulnerables: los niños. UNICEF calcula que unos 100 000 de ellos se han visto afectados.
Como ocurre con todos los grandes terremotos, es probable que las réplicas continúen en los próximos días y semanas, poniendo en mayor peligro a niños y familias.
