Granizo en la Montaña: el Tacaná como Termómetro del Cambio Climático
Ernesto L. Quinteros
La reciente granizada registrada en el Volcán Tacaná, que obligó a las autoridades de Unión Juárez a emitir una alerta preventiva y suspender temporalmente el ascenso, no debe interpretarse únicamente como un evento climático aislado. Se trata, en realidad, de una señal más del profundo proceso de transformación ambiental que vive esta región de alta montaña y que hoy impacta de forma directa tanto a los ecosistemas como a la actividad turística.
El Tacaná no es solo un atractivo turístico; es un reservorio de biodiversidad, una fábrica natural de agua y un regulador climático para amplias zonas del Soconusco. Sus bosques de niebla, suelos volcánicos y mantos acuíferos sostienen actividades agrícolas, comunidades rurales y una creciente economía turística basada en la naturaleza. Sin embargo, el aumento de fenómenos extremos como lluvias intensas, granizadas fuera de lo común y descensos abruptos de temperatura reflejan un clima cada vez más inestable.
El cambio climático ha modificado los patrones meteorológicos tradicionales del volcán. Lo que antes era predecible para guías, comunidades y visitantes, hoy se ha vuelto incierto. Las tormentas repentinas, el granizo y la neblina densa no solo ponen en riesgo a quienes intentan ascender, sino que también aceleran la erosión del suelo, afectan la vegetación de alta montaña y alteran los ciclos naturales de flora y fauna adaptadas a condiciones específicas.
Desde una perspectiva ecológica, estos eventos extremos representan una amenaza silenciosa. El deterioro de senderos, la compactación del suelo por escurrimientos violentos y el estrés térmico en especies endémicas son impactos que rara vez se ven, pero que se acumulan con el tiempo. Proteger al Tacaná implica reconocer que el turismo, si no se gestiona con criterios ambientales claros, puede convertirse en un factor adicional de presión sobre un ecosistema ya vulnerable.
En el ámbito turístico, la suspensión de ascensos genera un efecto inmediato en la economía local. Guías certificados, transportistas, pequeños comercios y prestadores de servicios dependen de la afluencia de visitantes. No obstante, insistir en actividades recreativas bajo condiciones inseguras sería irresponsable y contraproducente. La seguridad de las personas y la conservación del entorno deben estar por encima de cualquier interés económico de corto plazo.
Este escenario obliga a replantear el modelo de turismo en el Volcán Tacaná. Más que promover ascensos constantes, se requiere impulsar un turismo responsable, informado y adaptado a la nueva realidad climática. Sistemas de alerta temprana, monitoreo ambiental permanente, capacitación continua de guías y educación ambiental para los visitantes son acciones indispensables para garantizar la sostenibilidad de la zona.
Asimismo, las autoridades y la sociedad deben entender que cuidar el Tacaná es una inversión a largo plazo. Cada restricción preventiva, cada llamado a respetar la naturaleza, es una medida que busca preservar no solo un destino turístico, sino un patrimonio ecológico invaluable para Chiapas y Mesoamérica.
El granizo en la montaña es un recordatorio contundente: el cambio climático ya está aquí y se manifiesta en lo más alto del Tacaná. La forma en que respondamos hoy determinará si este volcán seguirá siendo un símbolo de vida, agua y turismo sustentable, o si se convertirá en una víctima más de la falta de conciencia ambiental. La montaña habla; ahora nos toca escucharla y actuar en consecuencia.
Apenas ayer hablábamos de las lluvias atípicas en la región del Soconusco, lo que también es parte del cambio climático. Ahora son las granizadas en la zona sierra de la región. En fin.
¡FELIZ AÑOS 2026!
Desde este espacio quiero desear a todos nuestros lectores, un feliz año 2026. Que Dios los bendiga y que este año nuevo sea lleno de salud, prosperidad y muchas bendiciones.
Y como siempre, agradeciendo el favor de su preferencia, lo que ha permitido que este espacio sea de los más leídos en nuestra edición impresa y digital. ¡Feliz Año!
Por hoy ahí la dejamos, nos leemos mañana.
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