Gurría, el Rey de la Basura
Ernesto L. Quinteros
La ciudad de Tapachula luce sucia, da una pésima imagen a visitantes nacionales y extranjeros, en las esquinas de las principales vialidades existen montones de basura, así como proliferan los tiraderos clandestinos en varios puntos de la geografía local.
De la zona rural del municipio, ya ni se diga, es la misma historia. En los poblados con más de cinco mil habitantes, como es el caso de Puerto Madero, Álvaro Obregón, Carillo Puerto, y otros, los pobladores ya no conocen los camiones recolectores de basura.
El problema no es nuevo, pues el nefasto expresidente de Tapachula, Neftalí Del Toro, se fue loco de contento, cuando el actual Edil le firmó de recibido sin hacerle ni una sola observación, cuando le entregó la Dirección de Limpia, por lo cual hoy tendrá que cargar con estas culpas.
La deficiencia e inoperatividad de funcionarios del actual Ayuntamiento en el sistema de recolección de basura es más que evidente, y sus aliados, con los que tiene un negocio millonario, “los tricicleros”, sufrieron hace unos días una traición, pues a cinco meses de haber tomado posesión la actual administración “ya les subieron la tarifa” para que los recolectores tengan derecho de tirar los desechos en los diferentes centros de acopio que existen en la ciudad.
Los tricicleros sindicalizados que antes pagaban 100 Pesos, ahora van a pagar 150 Pesos. Mientras que los tricicleros independientes que antes pagaban 180 Pesos ahora van a pagar 200. Y para que luego no hablen de que este Gobierno Municipal, de la cuarta transformación, no es equitativo y apoya a las clases vulnerables, los tricicleros sindicalizados de la tercera edad seguirán pagando los mismos 50 Pesos.
Y es que también hay que reconocer que la basura es un gran negocio no solo por los recursos que pagan los tricicleros, con las cuotas mensuales y diarias, que a decir de muchos no entran íntegras a la Tesorería Municipal.
También se sabe que en esta dependencia se venden diferentes materiales reciclables, como el plástico, madera, cartón etcétera.
Entonces, partiendo de esa información, si el actual Ayuntamiento Municipal invirtiera todo lo que se genera en esta área para comprar camiones recolectores de basura, otro gallo nos cantaría en esta ciudad.
Es por ello que los tricicleros ya bautizaron al edil morenista, Oscar Gurría, como “el rey de la basura”.
Privatizar el Servicio.
Mientras el problema crece en forma desproporcionada, y la ciudad se convierte en un gigantesco tiradero, empleados municipales han denunciado que el Edil y funcionarios de primer nivel del Ayuntamiento, han recibido la propuesta de empresas que quieren brindar el servicio de recolección de basura en la ciudad. Con esto prácticamente se privatizaría el servicio.
Según algunas denuncias, de esta situación ya tiene conocimiento la síndico municipal, Rosi Urbina, y algunos Regidores, quienes sospechosamente no han querido hacer público el tema.
Todo se ha manejado bajo el agua, en donde mañosamente existen miembros del Cabildo que han abrazado la idea de privatizar dicho servicio, como una solución inmediata y fácil para atender el problema.
Las empresas, una de Monterrey y otra de la Ciudad de México, han lanzado sus mejores propuestas. Utilizan a miembros del Cabildo que operarán como sus empleados.
Se dice que bajita la mano, pretenden cobrar al Ayuntamiento tapachulteco “90 mil Pesos mensuales por camión” que pongan a trabajar en las diferentes rutas que existen en la ciudad.
Es decir, si el Gobierno local contrata a cualquier empresa, y ponen a trabajar 20 camiones en la ciudad, estaríamos hablando que sólo de renta se pagarían “un millón 800 mil Pesos mensuales”. Pero como se necesitan más de 30 camiones, la suma se incrementa.
Al final del día lo único que andan buscando los miembros del Cabildo es encontrar la manera de cómo meterle el diente al presupuesto del Ayuntamiento.
Porque el problema de la recolección de la basura es más complejo de lo que parece, pues los centros de acopio que existen en diferentes puntos de la geografía local ya están siendo rebasados, al igual que el “basurero municipal”, el cual se ha convertido un foco de contaminación para toda la región.
Por hoy, ahí la dejamos, nos leemos mañana. ¡Ánimo!
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