“La muerte es algo que no debemos temer, porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos” (Antonio Machado)
Aumenta la Violencia
Oscar D. Ballinas Lezama
La inseguridad se ha desatado a lo largo y ancho del país, generando una violencia inusitada en la que el pueblo sigue poniendo los muertos, mientras las autoridades continúan haciéndole ‘al tío lolo’ y en algunos casos, se presume que hay cierta complicidad entre hampones y policías.
La delincuencia organizada en los municipios del Soconusco no canta mal las rancheras, aprovechando la falta de estrategia de los diversos cuerpos policiacos encargados de la seguridad, los malandracos imponen el terror asaltando, secuestrando y asesinando a cualquier hora del día.
Pareciera que ahora los mexicanos viven en pueblos sin ley, lo acabamos de ver en Culiacán y otros Estados del centro y norte del país, en donde al parecer, el crimen organizado ha tomado el control de esos lugares intimidando a los cuerpos policiacos y al mismo Ejército, al que las órdenes presidenciales les han atado de manos, ya que el Gobierno de la cuarta transformación busca abrazos y no balazos.
Desafortunadamente, la estrategia federal del amor y paz, hasta ahora, no ha logrado contener la ola sangrienta provocada por una delincuencia que aplica el narco terror, haciendo caso omiso a la buena voluntad del Ejecutivo Federal, quien afirma que el fuego no se puede apagar con fuego.
Esta ola de violencia e inseguridad, ya llegó a Chiapas y está causando estragos en la sociedad, sobre todo en la costa del Soconusco, en donde la presencia de miles de indocumentados aumenta la sicosis de la población, debido a que en las ‘caravanas humanitarias’ de centroamericanos, se presume hubo infiltración de peligrosos delincuentes que encontraron en esta región una plaza virgen para operar con sus actividades ilícitas.
Para nadie es secreto que los municipios con focos rojos de inseguridad en el Soconusco, son: Suchiate, Cacahoatán, Tapachula, Mazatán, Huixtla y Arriaga, lugares en donde al parecer la vida ya no vale nada y los sicarios actúan a sus anchas sin que ninguna de las corporaciones policiacas de las tres instancias de Gobierno haya mostrado, hasta el momento, capacidad para dar una batalla frontal al crimen organizado.
Otro botón de muestra de la inseguridad en que se está viviendo en esta región, se vio ayer al mediodía sobre la 22 Oriente y 15 Sur, en la colonia Calcáneo Beltrán, donde un solitario sicario ejecutó a balazos al ‘Macabil’, quien se desempeñaba como chofer de una combi en la ruta Unidad Administrativa; al parecer, como daño colateral uno de los pasajeros resultó gravemente lesionado y fue trasladado al Hospital General.
Lo curioso del caso, es que mientras el hampa opera a cualquier hora del día y en pleno centro de las poblaciones, algunos agentes cuerpos policiacos son demandados por la ciudadanía por establecer retenes, en donde se dedican a extorsionar a los conductores, sin darle importancia al problema de la inseguridad.
Habría que preguntarse quiénes son los grandes responsables de la existencia, en los tres niveles de Gobierno, de las corporaciones policiacas que no parecen estar capacitados para combatir la inseguridad, o si están capacitados, cuál es el motivo por el que no cumplen su cometido y han dejado a la ciudadanía como rehén de la delincuencia.
Cuántos crímenes más tienen que haber en esta región y el país para que las autoridades responsables dejen a un lado el discurso hueco y presuntamente cargado de mentiras, para buscar una solución inmediata y precisa contra la delincuencia; qué hacen los legisladores, aparte de estarle echando la culpa a los Gobiernos anteriores, para detener la criminalidad en este país.
Hasta ahora están más ocupados haciendo leyes que poco o nada ayudan a los generadores de impuestos, ya le agarraron gusto al estar aprobando que se cobre IVA por todo, solo falta que empiecen a cobrar a la gente por el derecho de tener puertas y ventanas (como en los tiempos de Santa Anna) y hasta por tener ‘chuchos’ (perros) quieren pasarnos a la báscula; lo que no estaría mal si ese recurso se utilizara para reducir la brecha social en México, rehabilitar carreteras, caminos, calles, avenidas, crear fuentes de trabajo, brindar seguridad a la población.
Sin embargo, los mexicanos siguen viendo con tristeza que, si antes los Gobiernos actuaban bajo el manto de la corrupción y la impunidad, desapareciendo miles de millones de Pesos que se presume utilizaban para su beneficio personal, ahora se han convertido en ‘candil de la calle, oscuridad de su casa’ al regalar a los países centroamericanos cientos de millones de Pesos que son aportados por los mexicanos para que se utilicen en los servicios públicos que se necesitan en esta nación.
Habría que preguntarle al ‘Señor de Macuspana’, quién autorizó que los impuestos de los aztecas, fueran donados a los Gobiernos de El Salvador y Honduras, cuando en México se siguen haciendo recortes en las diversas instituciones públicas, con el argumento de la austeridad republicana, una austeridad que no aplicó para ‘donar’ esos millones de Pesos a Gobiernos extranjeros.