lunes, mayo 6, 2024
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10 Billones de Dólares, los Costos Ocultos de Nuestros Alimentos

Máximo Torero
(Economista Jefe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura [FAO])

Los precios de los alimentos son una preocupación constante en la mente de cualquier ciudadano. Todos los días observamos variaciones en el costo de nuestras comidas y cómo no solo afectan nuestra capacidad para mantener refrigeradores y despensas abastecidos, sino también ejercen una presión significativa sobre los presupuestos familiares y, en última instancia, nuestro bienestar.
Lo que en la mayoría de los casos no sospechamos es que a estos costos se añaden otros ocultos. Hoy la FAO ha lanzado su último informe, «El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA 2023)», que todos los años ofrece una panorámica de temas relacionados con el sector agroalimentario, haciendo especial hincapié en la innovación y la tecnología. Este año, la agencia de Naciones Unidas pone el foco en el verdadero costo de los alimentos.
Los mercados y el comercio pueden encontrar soluciones eficientes, pero no son perfectos: no saben valorar y contabilizar todos los aspectos e impactos de un proceso productivo. El precio de una tortilla de maíz, por ejemplo, reflejará los costos de los insumos, como el maíz y los fertilizantes utilizados en su cultivo, su elaboración, el transporte desde el campo hasta el punto de venta, además de los costos de publicidad y envasado. También refleja cuántos desean comer tortillas, es decir, la demanda, y si hay suficientes para todos, es decir, la oferta.
Sin embargo, lo que todavía no está casi nunca reflejado en ese precio es el impacto de la producción de estos alimentos en el medio ambiente o su costo social. ¿Se ha contaminado mucho para su producción? ¿A quién le ha impactado negativamente esa contaminación? Para ello, el nuevo informe de la FAO analiza 154 países y evalúa estas cuestiones, llegando a una conclusión muy significativa: los costos ocultos en nuestro sistema agroalimentario global ascienden al menos a 10 billones de Dólares. Esto equivale aproximadamente al 10% del PIB mundial de cada año.
La gran mayoría, más del 70% de estos costos, son impulsados por alimentos no saludables, es decir, productos ultra procesados, muy poco nutritivos, llenos de grasas y azúcares o sal, que conducen a la obesidad y a otras enfermedades vinculadas a la dieta, causando problemas de salud y, por ende, pérdidas de productividad laboral, siendo especialmente graves en países de ingresos altos y medios, México incluido.
El ejemplo típico de la externalidad negativa es el menoscabo en la salud de los habitantes de una comunidad por la contaminación del humo de las fábricas cuando sus efectos no se ven reflejados en el sistema de precios. Siguiendo el ejemplo, el costo que eroga la comunidad en atender a los enfermos por el humo no es asumido por el contaminador, y esto significa que existe un costo individual del producto y un costo oculto que es transferido a la sociedad, quien deberá solventarlo a través de sus sistemas de salud.
Al comprender y valorar adecuadamente los impactos negativos de los alimentos poco saludables, en términos sociales y de salud, se pueden implementar políticas que promuevan opciones alimenticias más saludables y asequibles, allanando el camino para un futuro en el que un mayor número de personas disfruten de una dieta que beneficie tanto a su bienestar personal como al del planeta, solucionando un problema crítico, es decir, los 25.6 millones de personas en México, o los 3.1 mil millones de personas en todo el mundo, que actualmente carecen de acceso a dietas nutritivas y equilibradas.
Está de hecho demostrado que la imposición de gravámenes a las bebidas y alimentos hipercalóricos, como se ha observado en México, desincentiva la adquisición de estos alimentos, contribuyendo así a dirigir la demanda hacia alimentos más nutritivos (informe de la FAO, SOFI 2023).
Gracias a esta contabilidad que proponemos, las instituciones y los políticos podrán prestar atención al verdadero costo de los alimentos, ya que, solo considerando los beneficios y costos ocultos ambientales, sociales y de salud de los sistemas agroalimentarios se podrá lograr la sostenibilidad en este crucial sector. Sun

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