* Forman Filas de Varios Kilómetros.
Tapachula, Chiapas; 14 de abril. – Miles de transmigrantes arribaron en las últimas horas a la frontera sur de Chiapas, como parte del flujo por la Semana Mayor, aunque esa llegada masiva de vehículos provocó caos vial en al menos diez kilómetros cercanos al Puente Internacional en Talismán, el cual divide a México con Guatemala.
El problema se agudizó luego de que, según reportaron, la Aduana de Guatemala contempla únicamente la entrada de transmigrantes con unidades vehiculares que llegan desde los Estados Unidos a Centroamérica, hasta mediodía del sábado, para retomar actividades los lunes, en horarios de oficina.
Eso genera que, el fin de semana, los domingos, las agencias aduanales particulares tengan una intensa jornada de trabajo, así como restaurantes y los comercios instalados en ambas partes de la franja fronteriza.
De acuerdo a testimonios de los tramitadores aduanales, tenía varios años de que había disminuido considerablemente ese éxodo de personas centroamericanas que viajan a los Estados Unidos a comprar vehículos y otros objetos usados y luego regresan a sus naciones de origen, llamados popularmente transmigrantes.
Consideraron que los altos índices de inseguridad que se vivieron en años anteriores en Estados como Tamaulipas y Veracruz, que es la ruta de paso, ocasionó un descenso en el número de transmigrantes.
La lentitud en las aduanas de los dos lados de la frontera provoca que solamente entre 150 y 200 unidades logren cumplir con el protocolo administrativo para cruzar la franja limítrofe, mientras que el resto tiene que permanecer varadas a lo largo de varios kilómetros de carretera.
Se calcula que cada año unos 25 mil transmigrantes atraviesan todo el país hasta llegar a Chiapas y utilizar los puentes fronterizos de Suchiate 1 y Frontera Talismán, para llegar a Guatemala.
A diferencia de las caravanas, los transmigrantes son centroamericanos que viajan con pasaportes y visas; ingresan a México y los Estados Unidos de manera legal; hacen sus compras y no se quedan a radicar en ninguno de los dos países, sino que regresan a sus naciones de origen.
Regularmente compran vehículos siniestrados y artículos del hogar; los reparan y después los comercializan en sus comunidades.
Del 2010 a la fecha no se tiene el registro de que algún transmigrante haya participado en un hecho delictuosos en México, salvo algunos accidentes vehiculares. EL ORBE / Ildefonso Ochoa Argüello
