* Luego de Presenciar las Protestas de los Ilegales.
Tapachula, Chiapas; 11 de Marzo del 2022.- Ante las protestas durante horas por parte de cientos de indocumentados en las inmediaciones militares en donde se encontraba el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el mandatario nacional cedió a sus demandas y ordenó que les dieran visas humanitarias de inmediato y autobuses de pasajeros para que se pudieran trasladar a otras regiones del país.
Como resultado de esas instrucciones directas, los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) tuvieron que dejar su postura de soberbia que han mantenido durante muchos meses y corrían desesperados para atender a los migrantes y ofrecerles las visas, sin saber siquiera quiénes son o, por lo menos, cómo se llaman.
Mientras se realizaba la conferencia mañanera del Presidente, salió el coordinador general de la oficina del INM, Héctor Martínez Castuera, quien anunció a los extranjeros que les iban a otorgar los documentos de regularización migratoria para salir de Tapachula, pero que suspendieran de inmediato las protestas.
Incluso se comprometió a no moverse del lugar hasta que les entregaran los oficios de salida, y para ello serían trasladados grupos de 20 personas, y en el camino hacia las instalaciones migratorias se les tomarían sus datos para que al llegar les entregaran sus tarjetas, o sea que siempre hubo y podían ser expedidas en minutos.
Martínez Castuera reveló que, en días pasados en Mapastepec, también se les otorgó tarjetas a miles de migrantes, por lo que pidió que confiaran en el.
Algunos de los extranjeros pedían a las autoridades que fueran llevados a las oficinas de Regularización Migratoria, al sur de la Ciudad. Sin embargo, el funcionario federal les argumentó que no querían mezclar las cosas, porque allá había más extranjeros.
Además, exigieron garantías en torno a que les cumplieran con la entrega de los documentos y los hagan válidos, porque señalaron que en el interior del país les rompen sus papeles, y los obligan a regresar a Tapachula para iniciar de nuevo el procedimiento y esperar hasta dos años para una respuesta.
Por las premuras, los mismos indocumentados hicieron sus listas de 50 personas, sin que se pudiera corroborar su identidad o si tenían antecedentes penales, y poco después llegaron los autobuses para trasladarlos, con la promesa de que, ahora sí, se irán de Tapachula. EL ORBE / M. Blanco
