Tapachula, Chiapas; 10 de Abril.- “Por tercer año consecutivo, las precipitaciones pluviales en Chiapas han disminuido 30 por ciento de lo normal y eso ha afectado severamente el manto acuífero y, por ello, varios ríos en la Costa del Estado están completamente secos”, informó el secretario de Protección Civil en Chiapas, Luis Manuel García Moreno
Entrevistado durante su participación del arranque del Programa Semana Santa Segura, realizado en esta ciudad, dijo que están trabajando de manera coordinada con las tres instancias de Gobierno por las afectaciones provocadas dejando los incendios, sobre todo en la zona de Arriaga y municipios aledaños.
Además, que en todas esas acciones, sobre todo en las preventivas, está participando activamente la sociedad.
“Se les está haciendo conciencia de que se debe de trabajar coordinadamente y que en la temporada de lluvias se reforeste las áreas afectadas por los incendios”, indicó.
El Secretario consideró que la disminución pluvial y de los niveles de los ríos es a consecuencia del cambio climático y la explotación indiscriminada de los recursos.
Comentó que en términos generales, en Chiapas hay una precipitación acumulada anual de mil 900 mililitros, pero que en los dos ciclos anteriores se registró un descenso de alrededor de un tercio de esos niveles.
Reconoció que hay una gran preocupación porque hasta mediados de mayo iniciará formalmente la temporada de lluvias y que, en tanto, se espera todavía un estiaje severo.
Los mayores problemas se localizan entre los municipios de Arriaga y Mapastepec, donde los ríos están a punto de desaparecer, “como el Lagartero, uno de los principales afluentes de esa zona y que literalmente se ha secado por completo”.
Por ello pidió a las autoridades locales a extremar las precauciones y poner en marcha una estrategia para la correcta administración del agua.
De igual forma, que esas acciones preventivas incluyan la protección de las comunidades ante las altas temperaturas que se han registrado en los últimos días en la Costa de Chiapas, que en promedio han superado los 40 grados centígrados.
La combinación de esos factores está provocando además la descomposición de los alimentos y aguas frescas, y con ello las enfermedades gastrointestinales se han incrementado también considerablemente. EL ORBE/ Ildefonso Ochoa Argüello
