* Instaladas en Comunidades Rurales.
Tapachula, Chiapas; 18 de Diciembre del 2021.- Cáscaras de frutas, residuos, estiércol de animales, entre otros, que antes eran desechados por considerarlos basura, ahora son parte de lo que se están utilizando en las biofábricas instaladas en comunidades rurales para la creación de compostas, fertilizantes y fungicidas, pero de forma natural.
Nereo de Jesús Méndez Roblero, especialista en ello, dijo en entrevista para EL ORBE, que hay un aprovechamiento total de las cáscaras y de la pulpa de las frutas, para obtener productos como los abonos orgánicos, biodigestores y compostas.
También se utilizan otros desechos orgánicos, como el estiércol del ganado, aves y de otros animales, para la elaboración de fertilizantes orgánicos de alta calidad, que su vez son prácticas muy eficientes para el cuidado del medio ambiente y aprovechar mejor al campo.
Comentó que esto ha traído excelentes resultados en cultivos como el café, cacao, mango, plátano, maíz, trigo, canela, y demás en la región.
Ha sido una labor muy difícil por costumbre, por ejemplo, ya que es mucho más fácil regar un agroquímico -como los herbicidas- que hacer ese proceso para el control de la maleza y las plagas.
El cambio a lo orgánico, recalcó, permite reducir en gran parte los costos de producción, pero también obtener frutos y verduras sanos, y con mayores propiedades naturales.
A grosso modo calculó que un 80 por ciento de los cultivos en Chiapas ya utilizan esos métodos y, por lo tanto, se han convertido en orgánicos, porque las biofábricas familiares se han instalado entre los viveros, en donde también se están obteniendo exiliados de lombriz.
Apuntó que los problemas en materia de salud por los que atravesado México en los últimos dos años, ha llevado a los consumidores a optar por productos naturales, cosechados en su región, y con procesos orgánicos. EL ORBE / JC
