* Trabajan con Números Rojos.
Tapachula, Chiapas; 13 de Mayo del 2022.- Los servicios que presta la Cruz Roja Tapachula a la localidad y a los municipios aledaños ha aumentado de manera considerable, pero la aportación económica de los ciudadanos y empresas para que la benemérita sobreviva, han caído gravemente, al grado que su situación es crítica.
Jorge Gutiérrez Franco, presidente del Consejo Directivo de esa institución, dijo en entrevista para rotativo EL ORBE, que la ambulancia más nueva que tienen es del 2008 (hace 14 años) y antes se podía salir adelante porque el Monte de Piedad, las televisoras nacionales y grandes empresas aportaban con recibos deducibles de impuestos y donaban las unidades de manera sorteada a todo territorio nacional, pero todo eso se acabó.
Las actuales unidades se descomponen muy seguido, hay que mandarlas al taller, mientras otra sale de mantenimiento para ir a los cientos de llamados de auxilio mensuales de la población que generalmente no aporta ni un solo Peso por salvarle la vida, pero tampoco quiere hacerlo después.
En el caso de la Delegación Tapachula, es la única que cuenta en el Estado con una herramienta, llamada popularmente la «Quijada de la vida», que es como una tijera muy poderosa con la que los paramédicos pueden cortar muy fácilmente los fierros retorcidos de un vehículo accidentado y sacar a las personas en poco tiempo.
Reconoció que, con la llegada de miles de indocumentados a Tapachula, los servicios que realizan se han duplicado en corto tiempo, porque son gente que viene necesitada de atención médica de urgencia, pero que no trae dinero para pagarla y por ello acude a la Cruz Roja, donde se le atiende de manera gratuita.
Lamentó que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que cuenta con millones de Dólares para esas causas dijeron que iban a ayudar con una ambulancia equipada para Tapachula y lo hicieron, pero se la entregaron a Protección Civil, o sea, al Gobierno, y no a la Cruz Roja, que no la ha ayudado.
Calculó que de los miles de atenciones médicas que realizan, sobre todo a las clases más necesitadas, la mitad de ellas son migrantes.
En el contrapeso de la balanza, informó que al menos en nuestra región, no existe la cultura de cooperación y de esa ayuda que tanto requieren de la población y de la iniciativa privada.
Señaló que en los dos meses en las que se colocan alcancías en varios lugares para que la sociedad aporte, únicamente recaudan unos 18 mil Pesos, que solo les sirve para pagar un solo mes de energía eléctrica. EL ORBE / JC
