*Por Falta de Apoyos a Productores y Bajos Precios.
Tapachula, Chiapas, 22 de mayo de 2025. – La próxima siembra de soya en la región del Soconusco arranca en medio de un clima de incertidumbre económica y abandono institucional. La falta de apoyos gubernamentales, el estancamiento en los precios internacionales y el incremento de los costos de producción amenazan con asfixiar a los productores locales, quienes año con año reducen su superficie cultivada.
Según datos del Sistema Producto Oleaginosas de Chiapas, en apenas cinco años el área destinada a la soya cayó drásticamente de 14 mil hectáreas en 2020 a un estimado de solo 3 mil o 4 mil hectáreas en 2025, lo que representa una reducción de más del 70%.
La situación es crítica. El precio de la soya no repunta y está entre los 7 mil 300 y 7 mil 600 pesos por tonelada en la bolsa de Chicago, mientras que los costos de producción superan los 18 mil pesos por hectárea.
César Ozuna Estudillo, presidente del organismo estatal, manifestó que esta realidad ha orillado a muchos campesinos a abandonar el cultivo y buscar alternativas como el maíz o la caña de azúcar.
El 90% de la soya que se consume en el país es importada, una cifra que revela la débil estructura de apoyo a la producción nacional. Productores locales reclaman la necesidad urgente de establecer un precio de garantía que permita dar viabilidad a sus actividades. “No podemos seguir sembrando sin garantías de ingresos”, afirman.
A pesar de los anuncios oficiales sobre nuevos programas de apoyo al campo, los agricultores expresan desconfianza y desinformación. No sabemos si realmente seremos incluidos, cuánto se va a subsidiar el seguro agrícola o cómo se manejarán las tasas de interés. Sin claridad, es imposible planear, señaló.
La siembra está prevista para iniciar entre la última semana de junio y el 25 de julio. Sin embargo, el ambiente general es de cautela y escepticismo. Los productores coinciden en que el futuro del cultivo de soya en Chiapas depende directamente de una política pública más decidida y eficiente.
Queremos sembrar, pero no para perder. Necesitamos que el gobierno voltee a ver al campo, concluyen los agricultores, en un llamado urgente a las autoridades para no dejar morir una actividad clave para la soberanía alimentaria del país. EL ORBE/Nelson Bautista