Maras, un Cáncer Social
Ernesto L. Quinteros
Las pandillas juveniles centroamericanas conocidas como Maras 13 y 18 se han convertido un cáncer social que destruye familias enteras en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y otros países de Centro y Sudamérica.
Lo denunciado por Olga Sánchez a este rotativo, en el sentido de que existe un tráfico descarado de niños, armas, mercancía y prácticamente cualquier cosa por esta franja fronteriza entre México y Guatemala, es algo que debe no sólo preocupar, sino ocupar a las autoridades de los tres niveles de Gobierno, en particular a la Federación.
Se trata de un fenómeno complejo donde se cometen delitos federales a plena luz del día. Aparte de que pasa todo tipo de mercancías a territorio nacional, hay un fenómeno social preocupante en los países centroamericanos, en donde las maras están asolando colonias y pueblos enteros, prácticamente están extendiendo su control.
Sembrando terror, violencia y asesinatos que es una de las principales causas del éxodo de miles de familias.
Sánchez, que también es Premio Nacional de Derechos Humanos, comentó que de continuar esa situación en Centroamérica, las pandillas en mención incrementarán su presencia en territorio nacional, principalmente en el Estado de Chiapas.
En pocas palabras en esta región fronteriza pasa de todo pero no pasa nada, y las autoridades federales brillan por su ausencia.
Eso hace presumir que existe corrupción y componendas con autoridades encargadas de actuar en temas de seguridad. Se podría tratar de una gigantesca red de corrupción, ya que de lo contrario no se explica esta situación, solamente que exista -de plano- un completo abandono de las autoridades hacia esta zona fronteriza.
La también responsable del Albergue “Jesús el Buen Pastor”, ubicado al sur de la ciudad de Tapachula, y el cual está saturado de migrantes, opinó que si las autoridades no atienden la situación que prevalece en la frontera sur, este problema de las maras se puede extender con gravedad a Chiapas.
Dijo que uno de los migrantes que vive temporalmente en el albergue, le confesó la situación que viven en Centroamérica. Le contó que él tuvo que dejar a su familia, porque las pandillas maras lo extorsionaban, le cobraban “derecho de piso” a cambio de protección, y lo que trabajaba no le alcanzaba para mantener a su familia, menos para mantener a delincuentes.
Historias como esas, son miles, y si no se atienden las causas de la migración, este fenómeno, el éxodo centroamericano, va a continuar.
Mientras tanto, decenas de migrantes deambulan por calles del centro de la ciudad de Tapachula y calles aledañas, ya que muchos quedaron rezagados, en espera de que las autoridades migratorias les den el estatus de asilo político o refugio.
Todo esto después de que las autoridades cerraron repentinamente el albergue que tenía para los migrantes centroamericanos, en las instalaciones de la Feria Mesoamericana.
En el lugar atendían un promedio de tres mil migrantes, una gran parte solicitó su repatriación, otra parte continuó su viaje al norte del país para llegar a la frontera con Estados Unidos, pero decenas se quedaron en esta ciudad.
Sí al Tren Maya.
Los detractores de Andrés Manuel López Obrador y del mismo gobernador Manuel Velasco Coello, van a tener que seguir acabando su hígado, pues el 90% de los ciudadanos que participaron en la consulta ciudadana realizada el pasado fin de semana estuvieron de acuerdo en que se realicen los diez proyectos y obras propuestos por las próximas autoridades federales.
Entre estos proyectos está el TREN MAYA, obra de gran impacto social y económico para los Estados del sureste de México.
Esta inversión generará empleos para cientos de personas, y una vez terminada se pretende que se incremente la afluencia de turismo a la región.
Por hoy ahí la dejamos, nos leemos mañana. ¡Ánimo!
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