Tapachula: Santuario Migrante
Darinel Zacarías.
“Yo no creo en los mitos. No creo en los fanáticos, creo más bien en la gente cómplice, en los que leen un libro o escuchan una canción y eso les aporta un cierto consuelo, algo muy parecido a la mejor de las amistades. En todo lo demás, no creo”.
Joaquín Sabina
Tapachula se ha convertido en un santuario migratorio. El éxodo centroamericano parece no dar tregua. El año pasado fueron cerca de 10 caravanas migrantes que ingresaron de manera ilegal a territorio mexicano.
En estos primeros meses del 2019, van cinco caravanas. La diferencia es que ahora ya se integraron estampidas humanas de cubanos, asiáticos y africanos.
El objetivo es el mismo, buscar su regularización migratoria y cumplir su sueño: llegar a Estados Unidos.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que en el país se ha registrado la llegada de más de 450 mil personas que cruzan cada año la frontera entre México y Guatemala para pedir asilo o seguir su camino hacia Estados Unidos.
Tapachula: principal foco de migración que entra a México. Ha declarado la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Hoy, en la frontera sur de México se simula la detención de cientos de migrantes. Se habla de deportación.
Se disimula que este tema de seguridad nacional, es prioritario, pero la realidad es desnuda e inhumana.
Tapachula es ya, paraíso migratorio. Hay de todo y pasa de todo y parece que hasta hoy las estrategias han sido fallidas. Cerrar 60 días las oficinas de regularización migratoria, no es el más sano subterfugio.
Se dice que van de paso. Huyen de su lugar de origen, escapan de la inseguridad, el desempleo, la trata de blancas, la delincuencia organizada, las pandillas, la pobreza, y demás.
Dicen las estadísticas que en los últimos días, muchos son deportados, y muchos más están atrapados en la frontera sur, vulnerable a la delincuencia y al aumento de la xenofobia.
Donald Trump trina contra México. Lo amenaza, le advierte, lo condiciona. Es un político tiránico. Frenar el éxodo migrante, siempre es su arenga impía y xenofóbica.
Sí, deporta, pero también acoge a muchos bajo el distintivo de refugiados, otros más, permanecen en un limbo legal.
Suena trillado, pero la xenofobia y la violencia ya están aumentando a lo largo de la frontera sur. A diario entran migrantes a Chiapas, basta ver las afueras de la Estación Migratoria y los múltiples disturbios que han ocasionado.
Los migrantes están exasperados. El Instituto Nacional de Migración ha sido denunciado por actos de corrupción. Expedición y trámites de regularización que van desde los 40 a 900 Dólares.
Pero, nadie dice nada. Se frenó esta práctica deshonesta, sin embargo el tortuguismo se apoderó ya, y han sido rebasados.
Tapachula es tierra ya, de cubanos, africanos, asiáticos, hondureños, haitianos, salvadoreños y se ha convertido en un municipio fronterizo donde impera el miedo y la inseguridad.
Este fin, supuestos activistas pro migrantes, quemaron piñatas con las figuras de los mandatarios federales de EU y México: Trump y Obrador. Además de la Secretaria de Gobernación y la polémica delegada de INAMI, Yadira de los Santos. El argumento: repudio y desesperación.
Por lo pronto, el tema migratorio es ya una papa caliente. Polvorín que de no atenderse va cobrar facturas, que más adelante serán lamentaciones.
Y la xenofobia se está extendiendo por los Estados del sur, a medida que se encona la rabia por la llegada de un número sin precedentes de migrantes de diferentes nacionalidades.
Mientras, ven a Andrés Manuel López Obrador como el Mesías, creen en su política migratoria y Chiapas, particularmente, Tapachula es ya, un depósito de migrantes que escapan a la pobreza y la violencia.
¿Quién dijo que tengo sed?
