Por Oscar D. Ballinas Lezama
Se Encuentra Vivo el Muerto
“No estaba muerto, andaba de parranda” (dicho popular)
Otto Enrique de León Martínez, fue enviado a la otra vida por los encargados de llevar el control del registro de población, quien el 12 de diciembre del 2018 le dio de baja por defunción, siendo la CURP foliada con el número LEMO81081HCSRT01, que un año después, sirvió ‘al muerto vivo’, para identificarse en la Oficialía del Registro Civil Número 3 en Tapachula, en donde sirvió como testigo del fallecimiento de una persona que está viva.
El despojo de una propiedad y otros delitos que una supuesta mafia organizada, llevó a cabo en contra de la señora Rosario Esther Sarmiento Gris, denunciado a través de su apoderado legal y dado a conocer en exclusiva para EL ORBE, destapó la cloaca y está levantando ámpulas en la sociedad soconusquense; por la supuesta participación de algunos Notarios Públicos y empleados de la Secretaría de Salud en Chiapas, Zona Costa.
Según el apoderado de la víctima, Rafael Montes Kolb, los hoy acusados ante la Fiscalía General del Estado y los juzgados civiles, lograron obtener dos escrituras al amparo de la ilegalidad, presentando documentos oficiales apócrifos que hoy están sirviendo de prueba documental, para que las autoridades quiten licencias de notarías, cancelen cédulas profesionales y encarcelen a quienes se compruebe tuvieron participación en los delitos denunciados.
Según el demandante, los acusados que planearon y llevaron a cabo la muerte civil de Rosario Esther Sarmiento, propietaria del inmueble en litigio; se presentaron ante la Oficialía del Registro Civil Número Tres de Tapachula, con el certificado de defunción foliado en papel membretado de la Secretaría de Salud con el número 1985491, expedido y firmado por la doctora Yanet Martínez Flores, con cédula profesional 5266242.
Según investigaciones hechas por este columnista, la Oficialía del Registro Civil Número Tres en Tapachula, cuyo titular es el licenciado Carlos López Tapia, se comprobó que con fecha 2 de enero del 2020, en esas oficinas se extendió el acta de defunción número 1382, la que fue asentada en el libro número 7.
En esa fecha se presentó Andrés González Martínez (quien no es pariente, ni vecino de la supuesta muerta), llevando como testigos al policía raso Odilio Escobar García, con credencial de elector número ESGROD7070507H000, y al gestor Otto Enrique de León Martínez, éste último aparece en el Registro de Población (CURP) número: LEMO810818HCSNRT01, como dado de baja por motivo de defunción.
Al entrevistar al titular de la Oficialía del Registro Civil Número Tres, Carlos López Tapia, aclaró que de entrada había una confusión con la baja de Otto Enrique de León Martínez, ya que éste se encuentra “vivito y coleando”; añadiendo, que el error que provocó la confusión se encuentra en el sistema del Registro Nacional de Población, que dio de baja por supuesto fallecimiento al testigo mencionado.
En cuanto al acta de defunción que se extendió en esas oficinas, aclaró que se hizo una vez que el solicitante llenó los requisitos, entre estos, presentación del certificado de defunción y dos testigos, según lo marca el reglamento del Registro Civil en su artículo 56 y el 45 del Código Civil, ignorando si el certificado de defunción era ilegal, ya que lo extendió un médico titulado y en este caso, con un documento avalado por la Secretaría de Salud.
“Si hay que buscar responsables pregunten a la doctora que extendió el certificado de defunción, sin cerciorarse si había un muerto al que se supone que examinó para declarar la muerte, nosotros ignoramos los motivos que tuviera para hacerlo; en cuanto a los testigos, estos se identificaron como marca la ley, si ellos declararon en falso, es su problema y serán las autoridades correspondientes quienes los castiguen, lo que deseo aclarar, es que en esta Oficialía a mi cargo nunca se levantó un acta con un testigo muerto; así se ha constatado en el Sistema del Registro Civil del Estado; además, el señor Otto Enrique de León trabaja frente a este edificio, usted puede comprobarlo si quiere y entrevistarlo, sólo búsquelo”, dijo en tono molesto el funcionario estatal.
Minutos más tarde buscamos al testigo que el Registro Nacional de Población ‘asesinó’ y lo encontramos; mañana, en estos tiempos del coronavirus y los calores infernales, les contaremos qué pasó, si Dios y la venia de nuestros jefes lo permiten.
