97 Contagiados en Chiapas
Oscar D. Ballinas Lezama
Los mexicanos estamos ya en plena fase tres del Covid-19, sin embargo, no todos quieren o pueden guardar la cuarentena exigida para estos casos de crisis sanitaria, lo que hace más difícil la tarea del Gobierno para contener la pandemia.
Hasta ayer, el número de infectados por Coronavirus en Chiapas sumaban 97, así como seis personas fallecidas; el gobernador Rutilio Escandón Cadenas, no ha dejado de advertir a la población para que no se confíen y cumplan a cabalidad las recomendaciones sanitarias, hechas por el sector salud en los tres niveles de Gobierno.
El Ejecutivo chiapaneco explicó que esta entidad ha registrado hasta ahora, los índices más bajos de contagio por Coronavirus a nivel nacional, sin embargo, reconoció que nadie puede echar las campanas al vuelo ante un enemigo invisible y peligroso que obliga a todos los habitantes de este país, mantener las medidas preventivas como la de quedarse en casa, la sana distancia y otras medidas de higiene impuestas por los expertos en salud.
Manifestó que, para hacer frente a esta tercera fase del mortal virus, Chiapas se ha preparado con clínicas alternas en municipios estratégicos; buscando con ello atender, controlar y cortar la cadena de contagio.
Dio a conocer que esta entidad fronteriza tiene el índice más bajo de contagio en toda la República Mexicana, afirmando que, de los 124 municipios chiapanecos, 105 se encuentran hasta ahora, libres de contagio.
Por otro lado, muchos de los habitantes del Soconusco se mantienen con el alma en un hilo, debido a que hasta ahora, debido al esfuerzo de las autoridades de los tres niveles de Gobierno, así como por la gracia y el poder de Dios, esta región fronteriza no se ha convertido en el foco de la pandemia en el sur de México.
Suchiate y Tapachula son los dos municipios que se encuentran al filo de la navaja debido a su posición geográfica, y hasta ahora, se han visto beneficiados con la decisión del Gobierno guatemalteco que cerró su frontera, evitando con ello, el paso de extranjeros indocumentados que meses atrás entraban como Pedro por su casa en territorio mexicano; no hubo control migratorio ni sanitario, quedándose en la ‘Tijuanita del sur’ y en la otrora Perla del Soconusco.
Según las mismas autoridades de la Secretaría de Gobernación, se considera que en Tapachula pudieran estar varados alrededor de 60 mil extranjeros indocumentados que viven a la buena de Dios, la mayoría carecen de trabajo y viviendas dignas, teniendo que hacinarse en cuartuchos de mala muerte, hasta quince migrantes que tienen poco acceso a los alimentos y el agua.
Es por ello que, al menos en Tapachula, sus autoridades municipales están haciendo su mejor esfuerzo para luchar contra la pandemia del Covid-19, siendo la propia alcaldesa Rosy Urbina Castañeda, quien lidera a sus funcionarios en la implementación de las medidas preventivas, como se ha venido haciendo desde hace tres días con la sanitización y nebulización del centro de la ciudad, el cual ha sido hasta ahora, el más concurrido por la gente que tienen necesidad de trabajar, así como por aquellos que actúan de manera irresponsable.
“La prioridad es la salud de las personas, por ello se realizan los procesos permanentes de higiene, como un arma que nos puede ayudar a salir con éxito de la pandemia”, mencionó la inquilina del palacio de cristal, quien de paso sea dicho, se le ve exponiendo su salud por andar al frente de los operativos.
En lo que las autoridades de los tres niveles van a tener que poner mano dura, es contra los hambreadores que están aprovechando la pandemia para revender sus productos, como en el caso de la naranja que de 150 Pesos, se fue a 170 Pesos y actualmente se está vendiendo a 2.40 Pesos cada naranja, estamos hablando de 240 Pesos el cien, lo mismo sucede con el casillero de huevo que de 39 Pesos lo han subido a 90, y en algunos lugares el precio ha llegado hasta los 120 Pesos.
De poco o nada sirve consumir lo local si nuestros comerciantes salieron más hambreadores que las tiendas transnacionales, luego se quejan que la gente no les compra; los operativos de la Profeco sólo tuvieron ‘arranque de burro viejo’, ya no se les ve por ningún lado y los comerciantes obtienen ganancias groseras y abusivas en el río revuelto de la pandemia.
En tiempos de guerra este tipo de abusos es sancionado con cárcel y muchas veces se le considera como traición a la patria; al parecer las autoridades están dejando a un lado este problema que ha venido a agravar aún más la crítica situación sanitaria que vive la población.
