Carla Humphrey
Consejera Electoral del INE
Ayer, 8 de Marzo se celebró el Día Internacional de las Mujeres (8-M). Este día fue instituido por las Naciones Unidas desde 1975 y proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1977; el Día Internacional de las Mujeres tiene sus orígenes en las manifestaciones de las mujeres que, especialmente en Europa, reclamaban a comienzos del siglo XX el derecho al voto, mejores condiciones de trabajo y la igualdad entre los sexos.
De nueva cuenta, de manera desafortunada, no faltarán las voces que, sustentándose en una mala concepción del principio de igualdad, en el desconocimiento de los contextos históricos de discriminación contra las mujeres, señalen la inexistencia de un día internacional de los hombres. Situación, desde luego, falaz, absurda y carente absoluta de sensibilidad.
El Estado patriarcal en el cual vivimos ha generado un conjunto de desigualdades estructurales en todas las facetas de la vida en sociedad, que han tenido como resultado un conjunto de privilegios para los hombres, en detrimento de las mujeres, colocándolas en situaciones de permanente desigualdad en lo político, educativo, económico, social y cultural.
No es a los hombres, sino a las mujeres a quienes se les negó el derecho al sufragio hasta bien entrado el siglo XX, pues pudimos votar por primera vez en 1955, y no hablemos de ser electas a cargos de elección popular, así como puestos públicos y en la iniciativa privada de alto nivel, en donde el acceso se nos ha negado sistemáticamente.
Desde luego, no son los hombres, sino las mujeres a quienes se les priva de la vida por el simple hecho de ser mujeres, se les cosifica, discrimina y violenta reduciéndolas a simples objetos, arrebatándoles toda dignidad, para ser objeto de trata y tráfico sexual, vendidas al mejor postor y víctimas de feminicidio.
Tampoco son los hombres, sino las mujeres, quienes sufren de mutilación genital y son obligadas a contraer matrimonios forzados, en los que viven una vida llena de abusos y violencia.
Y tampoco son los hombres, sino las mujeres, quienes no pueden caminar tranquilamente por la calle, ya sea de día o de noche, sin que sean violentadas con miradas lascivas, frases violentas o que en la vida diaria sufran de micromachismos que tratan de ridiculizarlas y minar su esencia.
Y son las mujeres y no los hombres, quienes resultan más vulnerables al impacto del cambio climático, ya que, de acuerdo con la ONU, constituyen la mayoría de la población pobre del mundo y son más dependientes de los recursos naturales afectados por esta amenaza medioambiental.
Por todo lo anterior, para visibilizar la problemática estructural que afecta a las mujeres, poner a la vista las desigualdades que padecen y sensibilizar a todas las personas en el mundo, es necesario contar con un Día Internacional de las Mujeres.
Pero, sobre todo, para seguir construyendo una sociedad que garantice la igualdad de género, en la que las niñas y mujeres puedan disfrutar una vida libre y digna; tengan voz y participen en condiciones de igualdad en la toma de decisiones, en la sociedad, en los servicios de salud, en el mundo académico, político y laboral; en esencia, para la construcción de un mundo más justo. Sun