Hugo González
(Columnista y Comentarista)
Todo mundo tiene una opinión política y aunque a veces unos quieren imponer la suya a los otros, todas son respetables. Sin embargo, el respeto es algo que cuesta trabajo mantener en el mundo digital. Lamentablemente en ciertas redes sociales la civilidad digital es un bicho raro pues, escudados en el anonimato y la automatización, muchas personas juegan sucio y más en temporada electoral.
Para el cierre de 2024 se habrán realizado casi 100 elecciones generales en todo el mundo.
De acuerdo con el Informe de Riesgos Globales 2024, del Foro Económico Mundial, este año existe un alto riesgo por la información errónea y la desinformación motivados por la inteligencia artificial y la polarización social. El informe elaborado en colaboración con Zurich Insurance Group y Marsh McLennan, dice que el vínculo entre la información falsa y el malestar social ocupará un lugar central en las elecciones.
Bajo ese panorama, el control de las redes sociales puede jugar un papel destacadísimo tanto a favor o en contra de la población. Por ello, los intentos de infiltrar, ralentizar, desequilibrar o tumbar las redes pueden estar entre las estrategias de grupo de poder multinacionales. No tengo pruebas, pero las sospechosas caídas globales de varias redes sociales durante esta semana, podrían ser parte de una serie de pruebas para saber hasta qué grado aguantan la presión política.
Tal vez soy «sospechosista» al extremo, pero se conjuga el hambre con las ganas de comer. Por ejemplo, el martes pasado fue un día complicado para Meta Platforms, pues sus redes Facebook, Instagram y Threads presentaron problemas técnicos e interrumpieron el servicio para millones de usuarios. Los problemas se extendieron a las aplicaciones de Google como y aunque los fallos no fueron de manera generalizada, en México, según Down Detector, el servicio no funcionó casi una hora por la mañana. Ayer mismo, LinkedIn, la mayor red profesional del mundo propiedad de Microsoft, también reportó fallos tanto en su versión web como en su app para dispositivos móviles.
Aunque las apps ya están de vuelta, este tropezón técnico nos hace pensar que aún las firmas tecnológicas más grandes presentan fallas en sus servicios. Esto no solo genera miles de reacciones negativas y daños directos a su reputación, sino también podrían poner en riesgo operaciones o datos delicados. Las elecciones en todo el mundo son algo muy serio y, por tanto, influir en las redes sociales, puede ser demoledor. ¿Quién quiere controlarlas?
Seguridad Hasta el C-Level.
Bajo dicho contexto, es importante promover que organizaciones de todos los giros y tamaños sigan adoptando tecnologías y soluciones que les permitan asegurar la continuidad de su negocio. Acompañar a las organizaciones en la adopción de soluciones que van desde la ciberseguridad con el uso de Inteligencia Artificial (IA), hasta la automatización de procesos, puede ser algo que les ofrezca un poco más de tranquilidad.
Ciber-Seguridad Femenina.
Sin embargo, a pesar del crecimiento de la ciberseguridad y el reconocimiento al interior de las organizaciones, la inclusión femenina en este campo sigue siendo baja en proporción. De acuerdo con el «Reporte de Mujeres en Ciberseguridad de 2019» de la firma ISC2, las mujeres que trabajan en ciberseguridad actualmente equivalen a una cuarta parte (24%) de la fuerza laboral general en todo el mundo. Sun