* Policía Fronteriza de USA Detuvo a 25 Personas.
Al menos un centenar de migrantes centroamericanos intentó cruzar ilegalmente a Estados Unidos por la zona de Playas de Tijuana, durante la última noche del año 2018 sin haberlo conseguido, informaron fuentes de derechos humanos.
El intento de los migrantes provocó una intensa movilización de guardias de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, que lanzaron al menos dos granadas con gases lacrimógenos para repeler la intentona de cruce, señalaron.
Según un informe, durante la noche del último día de 2018 los migrantes se concentraron a un lado del muro divisorio en Playas de Tijuana y en el cañón de los laureles, en la frontera de México con Estados Unidos.
En estos dos lugares, había varias unidades de la Patrulla Fronteriza que esperaban a los migrantes, y fue en Playas de Tijuana donde los agentes estadounidenses lanzaron al menos dos bombas de gas del lado mexicano.
Jóvenes, mujeres, niños y familias completas de migrantes se mantuvieron en el sitio, pero finalmente desistieron ante la presencia de los agentes que los retaban a cruzar para detenerlos.
Veinticinco inmigrantes, incluyendo dos adolescentes, fueron detenidos durante el intento masivo de cruce ilegal en la frontera entre Tijuana y San Diego, informaron autoridades de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) estadounidense.
Poco antes de la medianoche, integrantes de un grupo de 150 personas escalaron la barda que divide ambos países, pero, ante la presencia de agentes fronterizos estadounidenses, cerca de un tercio de ellos regresó hacia suelo mexicano.
Pero de las personas que ingresaron a Estados Unidos 25 fueron detenidas, dijo CBP en un comunicado.
Tras regresar a suelo mexicano, algunos de los que permanecieron en el sitio arrojaron piedras contra los oficiales que custodiaban la zona, señaló la agencia estadounidense.
En medio del altercado, agentes detectaron que algunas personas intentaron cruzar niños por encima de la barda que recientemente fue reforzada con alambrado de púas, por lo que los menores corrían riesgo de lastimarse.
Los agentes no pudieron asistir a los niños de forma segura, dado la «gran cantidad de piedras que eran arrojadas» hacia los uniformados, precisaron. Agencias