* LA MAYORÍA DE LAS LLAMADAS PROVIENEN DE RECLUSORIOS, Y BUSCAN INFUNDIR EL MIEDO EN LAS VÍCTIMAS PARA OBTENER SUMAS DE DINERO.
Tapachula, Chiapas; 27 de mayo del 2022.- «La inseguridad que se vive en Tapachula es un problema estructural que compete a todos, donde no solo las autoridades tienen qué ver sino también la propia población, ya que ésta tiene que cuidarse y procurar no caer en las garras de los delincuentes».
Así lo manifestó en entrevista para el rotativo EL ORBE, Jorge Gutiérrez Franco, presidente del Comité de Consulta y Participación Ciudadana (Cocoparci), quien consideró que, aunque el número de delitos de alto impacto aún son menores, hay un incremento considerable en otros, como la extorsión, que ha crecido 50 por ciento n estos meses .
Señaló que en este punto es donde se requiere la participación decidida de la población, «porque las llamadas telefónicas de extorsión la hacen a cualquier ciudadano y normalmente salen de los reclusorios con ladas de otros lugares e incluso hasta locales».
Explicó que en estos casos al recibir una llamada de número desconocido es cuestión de cancelar la comunicación «y no seguirles el juego a los delincuentes, mucho menos proporcionar cualquier información personal que solicitan, ni tampoco datos bancarios, porque al rato caen con la amenaza de extorsión».
Por otro lado, comentó que la migración es otro fenómeno que también provoca inseguridad, ya que si bien es cierto que muchos de los migrantes tratan de ganar dinero al dedicarse a la venta informal, pero al no haber esta oportunidad y ante la desesperación, se les puede hacer más fácil caer en la delincuencia.
Manifestó que una forma de superar el problema de los robos, la extorsión y de otros delitos, es hacer las denuncias ante un fiscal del Ministerio Público y aportar todas las pruebas fehacientes, a modo de que el representante social pueda integrar una averiguación previa que no dé oportunidad a que, si el delincuente es detenido, pueda obtener su libertad. EL ORBE / Nelson Bautista