* Ante el Regreso a Clases
Tapachula, Chiapas; 24 de agosto del 2022.- «Es triste ver las colas que hacen los pobres papás en las tiendas que prestan dinero, en donde se endeudan y se enferman de estrés cada inicio y fin de ciclo escolar, porque tienen que conseguir dinero a como dé lugar, sobre todo porque las escuelas cada día se vuelven más estrictas en la cuestión de las cuotas de inscripción», dijo, José Antonio Chol Ruíz, de la coordinación del Consejo de Comités de Padres de Familia.
En entrevista para el rotativo EL ORBE indicó que, para afrontar esta severa crisis económica por la que atraviesa el país, las instituciones educativas públicas y privadas deberían programar todos esos gastos en «pagos chiquitos, cómo hacen ciertas tiendas comerciales, para que los papás vayan pagando poco a poco».
Según su versión, «el maestro ya perdió el piso, y pide cosas que realmente no están al alcance de los papás, porque no tienen un salario alto como lo tiene el magisterio. Piden cosas que realmente a veces ni las utilizan; determinados cuadernos que podrían ocupar para tales materias y realmente están fuera de toda realidad».
Recordó que apenas en el sexenio pasado las listas de útiles escolares no eran tan exuberantes y exigentes, como si ahora se tratara de gastar mucho para aparentar que la economía está bien, cuando es todo lo contrario.
«Creo que ellos tienen una doble cara. Es una cuestión de protagonismo, de decir que el niño va aprender, si le pido 20 cuadernos, 5 lápices, 5 lapiceros, tijeritas, sacapuntas, y hasta libros. Se salen de contexto. Antes no era así, cuando los ingenieros hacían a mano sus cálculos de matemáticas. Por eso no entendemos por qué ahora les piden calculadoras científicas de hasta 3 mil pesos a un niño», insistió.
En ese sentido opinó que los maestros deberían ser un poco más inteligentes «y bajarse un poco al piso, hasta donde están parados los padres de familia». Que sean conscientes, porque ahora hay que hacer gigantescas filas para comprar uniformes. Tal parece que tuvieran un acuerdo de comisión con esas empresas. No queremos ser malpensados, pero está raro que nada más sea una tienda comercial a la que se le pida la ropa». EL ORBE / JC