El gobierno de Estados Unidos publicó ayer las dos ofertas de licitación prometidas para la construcción del muro fronterizo con México. Con varios días de retraso, finalmente el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de los Estados Unidos hizo públicos los términos de referencia para la construcción de la barrera física en la frontera entre EU y México.
Como había anunciado hace unos días, la administración Trump decidió, dado el “interés” despertado -más de 700 empresas se interesaron por el proyecto-, dividir la construcción en dos diseños separados. El primero y más concreto es el que lleva por nombre “Muro Fronterizo de Cemento Sólido”, mientras que el otro tiene el título de “Otro Muro Fronterizo”.
Las empresas interesadas tienen hasta el día 29 de marzo a las 4 de la tarde hora de la costa este de los Estados Unidos para presentar su candidatura a construir cualquier segmento del muro, en un documento de no más de diez páginas en los que detalle su experiencia contrastada en el sector, su competencia y un primer concepto de diseño.
La primera fase la superarán un máximo de 20 empresas, que entonces deberán presentar el proyecto concreto para el que quieren ser considerados. La fecha para el inicio de la segunda fase está todavía por determinar.
Esta semana, el plan presupuestario de la administración Trump ya empezó a solicitar al Congreso los fondos que considera necesarios para las primeras fases de construcción. Un total de 4 mil 100 millones de dólares en dos años (mil 500 millones para este 2017, 2 mil 600 millones para el 2018) para el periodo inicial de cumplimiento de una de las promesas estrella de Trump.
Sin embargo, es dudoso que la Casa Blanca consiga esos fondos de forma fácil, ya que gran parte de los congresistas se resisten a aceptar repartir dinero a su construcción.
Un informe interno del DHS, citado por Reuters, aseguraba que el total de muros y vallas para la frontera costará hasta 21 mil 600 millones de dólares y costaría más de tres años en construirse. De que México va a pagar la factura ya no se habla, e incluso republicanos de alto rango, como el líder del Senado Mitch McConnell, confiesan que es algo que “no” va a suceder, y que todo el presupuesto llegará de los bolsillos de los estadounidenses. Sun