*Tras Muerte de Estudiante a Manos de su Compañera.
Ciudad de México, 19 de Marzo.- Luego de que en Teotihuacán, Estado de México, Norma Lizbeth, de 14 años de edad, murió a causa de los golpes en la cabeza propinados durante una pelea con una compañera de clase, la iglesia católica pidió ponerle un alto al bullying.
«El bullying mata; pongámosle un alto. Esta tragedia nos exige a todos los actores sociales trabajar para fortalecer el elemento más importante en nuestra sociedad: la familia», enfatizó.
En la editorial del semanario Católico «Desde la Fe», la iglesia recordó este hecho, resaltando que no ocurrió en otro país, sino en el nuestro.
Detalló que, en los últimos años, hemos sido testigos de campañas que buscan tejer acciones y evitar la discriminación, acoso, intolerancia, indiferencia, desigualdad, violencia física, psicológica o verbal en las escuelas; sin embargo, la violencia entre niños y jóvenes sigue escalando exponencialmente.
Expusieron los datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, entre 2022 y lo que va del 2023, a través de la Línea de Seguridad y Chat de Confianza, se han atendido 368 reportes por bullying, de los cuales, 50% han sido de estudiantes de secundaria, 27% de primaria, 6% preescolar. De estos, la violencia física ocupa el 32% de los casos, seguida por la violencia verbal (23.5%) y la psicológica (16%).
«El problema es grave y continúa deteriorándose, y es importante atender las causas de fondo que se reflejan en este conflicto entre niños: ¿de dónde obtuvo una niña tanto odio como para golpear a una compañera con una piedra en la cabeza?, ¿dónde aprendió una chica de 14 años esas tácticas criminales?, ¿cómo puede haber tantos jóvenes espectadores, alterados en sus emociones, con el deseo de ver correr sangre?», cuestionaron.
Enfatizaron que este hecho evidencia un fuerte desmoronamiento del tejido social, para el que no existe una solución mágica y mucho menos soluciones violentas como las que se han planteado en redes sociales a partir del caso.
«Pareciera que, ante situaciones así, todos se vuelven jueces, pero nadie mira lo que ocurre al interior», puntualizaron.
Por ello, la iglesia católica exigió inculcar en los niños, desde la más tierna infancia, que la vida humana es lo más valioso, el respeto al prójimo como condición sin la cual es imposible la convivencia, y acompañarlos correctamente en el desarrollo de sus emociones. Sun