*EL ORBE Realizará una Campaña Para su Beneficio.
Tapachula, Chiapas; 30 de Octubre.- Si no reúnen en los próximos días los recursos suficientes para poder sobrevivir y para pagar los gastos de operación, el Cuerpo de Bomberos de Tapachula cerrará sus puertas definitivamente.
Ha sido una agonía lenta, fraguada -en parte- por una sociedad que a ese grupo de heroicos les exigen exponer sus vidas, a cambio de nada, pero también por Gobiernos centralistas que los han ido desmantelando para llevarse todo lo que se pueda a Tuxtla Gutiérrez.
Hace tres sexenios, el Gobierno del Estado de ese entonces decidió que 20 elementos del Cuerpo de Bomberos de Tapachula recibieran un estímulo económico a través de la Secretaría de Seguridad Pública; mientras que el Ayuntamiento local absorbería a otros 20, a quienes daría de alta como policías rasos.
Con el tiempo, muchos bomberos tuvieron que alejarse de sus actividades al servicio de la población por la edad, sus condiciones físicas, su salud, o porque fallecieron.
En lugar de cubrir esas plazas que estaban quedando vacías, alguien decidió que era mejor irlas concentrando para la capital del Estado.
Mientras que, a lo largo de los años, las autoridades locales dispusieron de esas plazas vacantes para otras actividades, como el que los agentes cuidaran propiedades particulares o se convirtieran en choferes de los funcionarios. Por eso ahora, de los 20 espacios que disponía el Estado par bomberos en Tapachula, sólo quedan siete; como si en lugar de crecer el municipio se fuera haciendo cada año más chiquito.
Mientras que de parte del Gobierno Municipal, de los 20 bomberos que tenía a su cargo hace dos décadas, se ha reducido a 13.
Es decir, con tan solo diez bomberos por turno tienen la responsabilidad de atender los requerimientos de los alrededor de 500 mil habitantes de Tapachula y de otros ocho municipios aledaños.
Ante ello, el Patronato decidió contratar, con sus propios recursos económicos, a otros cinco elementos para sumarse a la atención de las necesidades de la región, además de que se integraron siete voluntarios, incluyendo a dos jóvenes mujeres.
A diferencia de otros Estados de la República en donde el Gobierno y la sociedad se unen para recompensarlos ampliamente por dar la vida por la comunidad, en Tapachula, el pago para ellos son solamente limosnas, y hasta eso, de vez en cuando.
La Realidad de los Números.
La aportación económica que reciben es de la donación voluntaria de dos Pesos de quienes pagan su recibe de agua potable, que según el Comité distribuidor del vital líquido, oscila entre 60 y 70 mil Pesos mensuales.
De ese dinero -de acuerdo al estado financiero de los Bomberos de Tapachula- poco más de 3 mil Pesos son para pagar los recibos telefónicos.
En este sentido, es increíble que se reciban más de mil llamadas diarias de personas que solo quieren hacer la broma y les gusta que las unidades se movilicen sin ningún sentido.
En la facturación, por lo menos del último mes, también aparecen los pagos de reparación de las unidades y servicio, compra de combustible, energía eléctrica, agua potable, pago de adeudos de años anteriores, refacciones, insumos de limpieza, mantenimiento de radios, entre otros gastos.
La suma supera los cien mil Pesos, es decir, los bomberos tienen que pedir alrededor de 30 mil Pesos en limosnas al mes, para poder cubrir sus gastos de operación.
Se creía que las personas o empresas que sufrían algún siniestro y eran auxiliados por los bomberos, retribuían algo a cambio, pero en la mayoría de los casos no es así.
Por ejemplo, en el incendio ocurrido el fin de semana en una tienda de abarrotes al sur de la ciudad, se movilizaron todas las unidades y elementos disponibles, quienes por la noche, madrugada y parte del otro día, lucharon para evitar que las llamas alcanzaran los camiones de carga y de particulares estacionados ahí.
Los bomberos lograron sacar un tráiler de 40 toneladas de capacidad y 4 más de 14 toneladas cada uno, además de que auxiliaron para que varios carros pequeños también pudieran salir, sin sufrir daños.
A cambio de todo ello, la empresa les ha prometido darles 200 litros de combustible, que es más o menos la mitad de lo que gastaron, incluyendo el utilizado paras los motores de bombeo.
Muy pocos lo saben, pero un bombero en Tapachula gana alrededor de cien Pesos diarios, es decir, tres mil Pesos mensuales, que en términos generales, es menos de lo que gana una empleada doméstica.
Las “Modernas Unidades” de Tapachula.
Hay en activo el 80 por ciento de las unidades, la más antigua de 1952 y la más nueva del 2009. Entre las diez que aún sirven, hay desde pequeñas estaquitas donde cargan las herramientas para atender los servicios, hasta dos pipas, y un vehículo anfibio, donado por la Defensa Nacional de los Estados Unidos, además de dos carros alemanes de mediados del siglo pasado.
“Fuimos a pedir apoyo a los Regidores de Tapachula, quienes ganan más de 50 mil pesos mensuales, y uno de ellos nos contestó que no, porque aseguran que no hacemos nada”, comentó uno de los bomberos.
Los equipos de protección personal los han recibido de donaciones, pero no son suficientes para todos.
Por ejemplo, los bomberos de Estados Unidos usaron durante 10 años sus equipos, después los donaron a sus homólogos de San Cristóbal de Las Casas, quienes los utilizaron también durante una década y ahora lo cedieron a Tapachula, aunque ya están en condiciones muy deplorables.
Las mangueras que utilizan para sofocar los incendios, están rotas y añadidas unas con otras; los retazos de uniformes ya tienen parches de tela gruesa, y la gran mayoría de los cascos y botas, partidas en pedazos.
Hasta ahora los gastos habían sido cubiertos con las aportaciones altruistas de los miembros del Patronato, aunque después de un año y dos meses de haber asumida esa responsabilidad, solo han encontrado a funcionarios que se levantan el cuello diciendo que todo está perfecto, por lo menos en Tuxtla Gutiérrez. EL ORBE / Ildefonso Ochoa Argüello