El Senado se ha Convertido en Circo. Dejan de Lado Legislación Importante para Nuestro País
Ernesto L. Quinteros
Es aberrante de que la sociedad mexicana en su conjunto perciba al Senado de la República como un circo por el que desfilan todo tipo de personajes, quienes están más interesados en hacer escándalos, personificar confrontaciones personales y estériles que en nada ayudan a solucionar los miles de problemas existentes en nuestro país.
Con lo sucedido el pasado miércoles por la tarde, tras la confrontación entre el Senador de Morena, Gerardo Fernández Noroña quien es el Presidente del Senado, y el dirigente del PRI a nivel nacional, Senador, Alejandro Moreno, la atención mediática nacional está puesta en este pleito de barrio, dejando a un lado lo verdaderamente importante. ¿Serán distractores?
Atrás quedaron los debates serios y responsables, en donde se debe de legislar con responsabilidad para sacar adelante los grandes pendientes que se tienen nuestro país en materia de economía, seguridad, salud, educación, tecnología, cambio climático, etcétera y más etcéteras.
El cúmulo de problemas que enfrenta nuestro país exige legisladores, Senadores, que estén a la altura de las circunstancias de lo que necesita México. No un debate estéril y mediático que en nada ayuda a la problemática nacional y a sus ciudadanos, que desde el sexenio pasado le apostaron a un cambio verdadero.
La actual clase política mexicana, y sobre todo en el partido mayoritario, no debe olvidar que la principal razón por la que los ciudadanos votaron de manera masiva en contra del antiguo régimen, fue porque ya había hartazgo, porque estábamos todos cansados de la corrupción, del dispendio en el recurso público y los abusos de poder.
Los ciudadanos mexicanos en este momento quieren ver resultados con un trabajo serio y responsable. No un show mediático, con un pleito entre dos personajes de la vida política nacional.
Los Senadores tanto de Morena como del PRI, no pierden con estas escenas vulgares que ya le dieron la vuelta al mundo entero. Pierde México, porque seguimos peor que antes.
La inseguridad galopa a lo largo y ancho del territorio nacional, los hospitales en diferentes entidades siguen sin medicinas, los niños y adultos con cáncer siguen sin ser atendidos. No tenemos un sistema de salud como el de Dinamarca. La economía nacional se tambalea, las remesas que envían nuestros paisanos desde Estados Unidos disminuyeron drásticamente. Sigue el desempleo; en amplias regiones del centro y norte del país los delincuentes siguen operando a sus anchas, siguen las masacres y los desaparecidos.
El campo está abandonado, los productores se quejan de la falta de apoyo, no hay precios de garantía para los productores, la red carretera nacional se encuentra en pésimas condiciones, hemos perdido a los visitantes y turistas extranjeros. El cambio climático le sigue pegando con todo al territorio nacional y no hay políticas públicas, ni recursos para atender el tema. Los maestros y sus sindicatos siguen inconformes con las autoridades por falta de atención a sus demandas.
Y así podríamos seguir con una lista interminable de necesidades en diferentes rubros. Pero es el México real, es el que se vive y se palpa en el día a día.
Mientras tanto, nuestros principales representantes en el Senado de la República están enfrascados en un pleito camorrero, dando un espectáculo grotesco, que les debería de generar vergüenza. Pero no, ellos siguen en el pleito, en la repartición de culpas y ahora hablan hasta de desafuero, y sigue la pugna estéril, porque los asuntos de suma importancia para nuestro país pueden esperar.
¿Y sabe por qué estimado lector?,porque a ellos, a los de la clase política lo único que les interesa es el espectáculo, ese que mantiene entretenido y distraído al público de lo verdaderamente importante.
Es triste decirlo pero mientras usted y yo miramos el show en las redes sociales y en los medios de comunicación,miles de mexicanos se encuentran sufriendo por la falta de servicios de salud, educación, seguridad, servicios básicos, pobreza, etcétera y más etcétera, porque la lista de necesidades es interminable. En fin. ¿Alguien dijo que quería un cambio?
Por hoy ahí la dejamos, nos leemos mañana.
¡Ánimo!
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