• Preocupa inflación a familias para esta temporada de fiestas de fin de año.
Tapachula, Chiapas 11 de Diciembre del 2025.- En pleno arranque de la temporada decembrina —cuando tradicionalmente las ventas se elevan y las familias planean sus cenas de Nochebuena y Año Nuevo— comerciantes del Mercado General Sebastián Escobar advierten que, aunque las festividades suelen ser un respiro económico, este año la incertidumbre domina el panorama.
Fidel Aguilar López, comerciante del giro de carne de cerdo, explicó que diciembre representa para los locatarios el mes de recuperación, no por aumentos en precios, sino por el incremento natural en la demanda. Sin embargo, productores e introductores de ganado porcino ya han elevado el costo del cerdo en pie, presionando a los vendedores a considerar un ajuste que podría alcanzar entre 7.5% y 10%.
Aun así, Aguilar asegura que por ahora mantienen el precio: la pierna, costilla, chuleta, lomo y filete se comercializan alrededor de 180 pesos el kilo, mientras que el hueso se mantiene en 120 pesos, por debajo de otros proveedores que ya rondan los 150 o incluso 200 pesos por kilo.
El comerciante subraya que la vigilancia de precios debería recaer en la Secretaría de Economía, pues, aunque Profeco libera los precios, no existe claridad sobre si las empresas productoras realmente cuentan con autorización para incrementar el cerdo en pie. Peor aún, la ausencia de oficinas locales de Profeco —tras ser trasladadas a Tuxtla Gutiérrez— deja a consumidores y comerciantes sin un mecanismo ágil de supervisión y denuncia, afectando la confianza en plena temporada de mayor consumo.
A diferencia de años anteriores, Aguilar señala una caída alarmante en los pedidos anticipados: de recibir solicitudes del 100% de su clientela habitual, hoy apenas alcanza un 5%, reflejo del debilitamiento del poder adquisitivo de las familias.
“Con un 5% no se puede sobrevivir”, lamenta.
El comerciante hace un llamado a las familias para comprar en los mercados locales, donde los impuestos realmente se quedan en la comunidad, a diferencia de las grandes cadenas comerciales. Para las amas de casa, cada peso cuenta: un incremento del 10% en proteínas básicas como cerdo, pollo o res puede significar la diferencia entre mantener las tradiciones o ajustar el menú festivo.
En un cierre de año marcado por la inflación y la presión económica en los hogares, el precio de la carne de cerdo se convierte nuevamente en un termómetro del bolsillo familiar. EL ORBE/ JC.





