Por Oscar D. Ballinas Lezama
Tormentas en México
“Habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo”( Lucas:21:11)
Gran sorpresa causó la posible liberación en Estados Unidos del general Salvador Cienfuegos, quien fuera detenido en forma inédita hace varias semanas en el país del norte, en donde la DEA juró y perjuró que tenía un ‘caso sólido’ con el militar al que llamaron el ‘padrino’.
Ahora los analistas políticos no saben qué lectura darle a su liberación por falta de elementos probatorios, cuando en la fecha de la detención del militar mexicano los gringos se llenaron la boca argumentando que su detención se logró gracias a un trabajo de dos años de investigación (¿?).
Ahora se dice que no le encontraron mácula alguna y por lo tanto lo pondrán a disposición de las autoridades mexicanas, en donde se rumora que ya existe una carpeta abierta que seguramente será improcedente; este caso podría pasar a ser uno más de los que en esta Cuarta Transformación, se han puesto bajo los reflectores de los medios de comunicación y concluyen en el olvido mediático, como botón de muestra el de Emilio Lozoya.
Se antoja raro que las autoridades de los Estados Unidos, que nunca dan paso sin huarache, en esta ocasión pusieran en riesgo las relaciones bilaterales con México, al tocar las fuerzas armadas que se han convertido en una de las principales columnas del trabajo político del gobierno de la Cuarta Transformación; afortunadamente, el inquilino del Palacio Nacional capoteó el vendaval que pudo haber creado un tema de altísima gravedad.
Como diría Cantinflas, el cómico mexicano, “Mucho se ha dicho que se hará justicia, caiga quien caiga, pero resulta que caen los que no deben caer, mientras aquellos a quienes les cae de todo, esos nunca caen”.
En otras cosas, la pandemia apocalíptica del Siglo XXI sigue creando el caos sanitario y económico en todo el mundo, la creación de las vacunas ha entrado en una guerra comercial entre los laboratorios que afirman tener ya listas en la tercera fase, no menos de 11 vacunas contra el coronavirus, hecho que la Organización Mundial de la Salud desmiente, y advierte a la humanidad que deben seguir cuidándose del letal virus.
México sigue en la cuarta posición entre los países con más muertos por el Covid-19, la cifra oficial ya rebasó los cien mil difuntos y más del millón de contagiados; sin embargo, los expertos en salud insisten que el número de infectados y fallecidos por esta plaga aterradora, presumen que las verdaderas estadísticas de víctimas podrían ser dos veces más de las que se mencionan por las autoridades.
Más allá de la crisis económica y sanitaria que sufre la sociedad mexicana, con el rebrote del Covid-19 en varias entidades del Norte y Centro de la República, el País Azteca vuelve a un punto crítico porque también está enfrentando las calamidades de la Influenza, el SIDA, Cáncer y demás enfermedades mortales que han puesto a la población contra la pared.
Por si fuera poco, la madre naturaleza, herida por el calentamiento global provocado por la contaminación del planeta por el hombre, se sigue revolviendo como un animal herido y provoca sismos, sequías, inundaciones, erupciones de volcanes, tormentas y huracanes; mucha gente piensa que podría deberse al castigo de Dios a una sociedad rebelde que ha perdido sus valores morales en los vericuetos de la ambición por el poder y el dinero.
A contrapelo de las aseveraciones de los religiosos, los científicos de la ONU, afirman que todas estas calamidades naturales se deben al cambio climático; extrañamente en los últimos 20 años, los países más afectados por las tormentas han sido Cuba, México y Haití con más de 130 tormentas, cinco mil muertes y más de 29 millones de personas siniestradas. Sin contar las tragedias de los terremotos.
Por lo pronto, Chiapas está a la espera de la llegada de una tormenta que casi destruyó Nicaragua y otros países sudamericanos; mientras tanto el gobierno del estado ha insistido en que todos los chiapanecos pongan sus barbas a remojar y estén alertas porque podrían llegar tiempos de lluvias intensas convertidas en tormentas o huracanes.