“¿La caballada está flaca en el hándicap político del Soconusco?” (ciudadanía)
¿A Cuenta de qué?
Oscar D. Ballinas Lezama
Como ‘chivos en cristalería’ andan la mayoría de los aspirantes a ocupar cargos de elección popular en Chiapas, sobre todo en la zona del Soconusco, en donde el más tullido es alambrista y el más pelón se hace trenzas.
Cada seis o tres años, según la temporada electoral en cada región de la República Mexicana, los que buscan ‘sacrificarse’ por su pueblo saltan a la palestra, valiéndoles un soberano cacahuate si carecen de experiencia administrativa, tengan una cultura general y gocen de respetabilidad en la sociedad en donde se desenvuelven, una gran mayoría no son conocidos ni en su casa.
Existen otros, a los que todo el mundo los conoce por la tremenda ‘cola de corrupción’ y el negro historial que traen sobre la espalda, desde que dejaron los cargos públicos o de elección popular que ocuparon; son los que le apuestan a los pueblos sin memoria.
Existe una rebatinga de candidaturas, una añeja y fea costumbre dentro de la política que ha permitido que en muchas ocasiones los cargos más altos o importantes, sean ocupados por gente ignorante, abusiva, prepotente, soberbia y sinvergüenzas, son los que han encontrado en la política un medio de enriquecerse a costillas de sus representados.
Actualmente las cosas no han cambiado, los partidos políticos siguen premiando a sus incondicionales, sin importarles que éstos no cuenten con el más mínimo mérito académico, experiencia, espíritu de servicio, honradez y valor para no terminar siendo un lacayo más de los gobernantes en turno, dejando desamparado al pueblo bueno y sabio que tanto dicen amar.
Mucha gente coincide en que será muy difícil sacar al país de su empantanamiento socio -económico- sanitario, mientras el mensaje que envían quienes ejercen el poder sea que, vale más ser cómplice y servil al poderoso que gente capacitada, trabajadora, comprometida con el bienestar de sus conciudadanos, y honrada.
Se han creado partidos políticos hasta para tirar para arriba, con el argumento de fomentar la democracia y defender los intereses del pueblo; los militantes de estos institutos políticos pelean a muerte ser dirigentes, para poder manejar los miles de millones de Pesos que les entrega mensualmente el Gobierno, dinero que sale de los impuestos de la ciudadanía.
¿A cuenta de qué se les entregan millonarios recursos para sostener sus partidos políticos y las campañas?, con un dinero que debería servir para mejorar las condiciones de vida de todos los mexicanos, comprar medicamentos para los enfermos de cáncer y curar otras enfermedades terminales; en estos tiempos de pandemia, esos dineros deberían utilizarse en la adquisición de pruebas del Covid-19, equipamiento de hospitales, contratación de médicos especialistas, enfermeras, ambulancias, oxigeno, ventiladores mecánicos.
En México no debería haber tantos partidos políticos, con dos bastaría y sobraría, como sucede en países del primer mundo; también debería reducirse la exagerada cantidad de Diputados y Senadores, quienes hasta ahora, pocos son los que han hecho o hacen su chamba, la gran mayoría son calienta curules, serviles al gobernante en turno y no les interesa en absoluto la problemática de sus representados (pueblo); no obstante, 448 de los actuales 500 Diputados federales están buscando reelegirse, sin mostrar un poco de vergüenza y decencia en su actuar.
Es claro que no tiene la culpa el indio, sino quien lo hace compadre, y en este caso, son los mismos ciudadanos que cada seis o tres años acuden a las urnas a emitir el voto por la o el mejor candidato que les representará.
Es común que la mayoría de las ocasiones los malos ganan y los buenos no pasan de ser soñadores, en una sociedad resignada a seguir soportando el atraso social, la mala vida; María Gómez Rueda, joven política de un lugar de la República Mexicana, nos escribió para decirnos que había decidido renunciar a su precandidatura en uno de los partidos satélites.
“No puedo participar en ningún instituto político en donde la agenda de género sea una simple simulación; están quedando claros los obstáculos a los que las mujeres nos enfrentamos en un terreno que no es parejo, las reglas de la política están diseñadas para reproducir el sistema y mantener los intereses de los partidos.
“Encontré que las prácticas machistas siguen presentes en el sistema político electoral de México, prefieren la simulación en lugar de los cambios profundos y verdaderos; la democracia no puede existir sin pluralidad, necesita diversidad y frescura en la forma de ver, pensar y entender al mundo”, apuntó, María Gómez Rueda, quien renunció a su precandidatura en el partido Movimiento Ciudadano.
En otra historia, trabajadores del ISSSTE y del ISSTECH, en Tapachula, quieren poner las cartas sobre la mesa. Juran y perjuran que el sistema de salud los tiene en el más completo abandono, y que ya han muerto varios médicos en el mes primero de este año de pandemias. El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva DE SU AUTOR y no del periódico que la publica.
