Parece un Grito en el Desierto la Exigencia de Mayor Seguridad
Ernesto L. Quinteros
Después de que el pasado 8 de marzo se conmemorara el Día Internacional de la Mujer, en donde colectivos salieron a las calles de las principales ciudades de México para exigir mayor seguridad para las féminas y respeto a sus derechos, así como para dar un grito generalizado de ¡ya basta de violencia!, pareciera que solo fue un grito en el desierto. La violencia no para en nuestro país.
Por eso hay preocupación, enojo, angustia e impotencia, porque todos queremos que los crímenes y la violencia contra las mujeres, y en lo general en nuestro país, “paren de una vez por todas”.
Desafortunadamente, en amplias regiones del territorio nacional siguen operando grupos criminales que hacen más difícil el trabajo de las autoridades. Por eso, en la actualidad es todo un reto poder cumplir esa exigencia ciudadana.
El pasado fin de semana por ejemplo, fue extremadamente violento, los ataques armados en algunas zonas de México, incluidos Michoacán y Zacatecas, así como Oaxaca en el sur y Baja California en el noroeste del país. El ataque a un bar de la cabecera municipal de Cuitzeo, en Michoacán, que dejó un saldo de dos muertos y seis lesionados, fue una jornada muy violenta.
Y así podríamos seguir enumerado otros sucesos criminales, y lo más delicado es que este grado de violencia “se normalice”, y que ya nadie diga nada, ni haga nada al respecto, porque supuestamente “es normal”.
Esta violencia ya no es solo contra las féminas, sino en general, pega parejo a la población el clima de inseguridad.
Cuando vemos esta situación nos preguntamos: ¿Qué está pasando con la estrategia nacional de seguridad?
Es repetitivo, pero hay que decirlo, mientras nuestro país se convulsiona por la violencia e inseguridad en varias regiones del territorio nacional, los cuerpos de seguridad, como la Guardia Nacional, siguen sin dar los resultados esperados.
Y lo más irónico es que le cuestan al pueblo de México miles de millones de Pesos de manera anual. Así como tampoco ha funcionado mandar a los militares a realizar acciones de seguridad pública.
Sin duda es lamentable lo que sucede en nuestro país. Pero como siempre estimado lector, la mejor opinión es la de usted.
¡Justicia Para Lucrecia!
Gran consternación ha generado desde el pasado fin de semana el presunto secuestro y asesinato de conocida enfermera que trabajaba en el hospital de alta especialidad Ciudad Salud en Tapachula, por lo que familiares y amigos vienen exigiendo justicia en las benditas redes sociales, en donde la noticia del lamentable suceso se ha viralizado.
Se trata de Lucrecia “N” de 45 años de edad, originaría de Pijijiapan, enfermera de profesión con una amplia trayectoria en el Sector Salud en la Perla del Soconusco, en donde logró el reconocimiento de sus compañeros de trabajo, su familia y sobre todo de sus pacientes. Así como organismos de salud y rescate como Cruz Roja.
Como ya es del conocimiento público, el sábado pasado fue localizada sin vida en el tramo carretero Acacoyagua-Escuintla, a la altura de la ranchería Las Pampitas.
Las primeras indagatorias indican que el cuerpo de la enfermera presentaba una herida con arma de fuego en la cabeza, por lo que las autoridades sospechan que fue asesinada en otro lugar y sus victimarios abandonaron su cadáver en ese lugar.
De igual forma se sospecha que pudo tratarse de un secuestro y posteriormente asesinato, sin embargo las autoridades ya investigan este lamentable hecho de sangre, para determinar cuál fue el móvil.
En redes sociales, trabajadores del Sector Salud como enfermeras, enfermeros, médicos y activistas, así como familiares y amigos están exigiendo a las autoridades competentes “justicia para Lucrecia”. Para que este artero y cobarde asesinato no quede impune.
Por hoy ahí la dejamos, nos leemos mañana.
¡Ánimo!
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