Fernando Soto*
En nuestro país el patrimonio más importante para la mayoría de las personas es su casa o departamento y lo preocupante es que este detonador de riqueza y clases medias, después de cinco años desastrosos por la total carencia de políticas públicas adecuadas, se encuentra en plena crisis.
Para empezar, consideremos que cerramos 2023 en niveles delicados de construcción de nueva vivienda con casi 100 mil viviendas menos que en 2018. Es completamente falso que se construyeron más de 2 millones de viviendas en este sexenio que, por fortuna, está en su recta final. Lo que es cierto es que se han implementado de forma mediocre acciones de vivienda para remodelarlas o ampliarlas.
La realidad es que no se han construido las viviendas necesarias para una población que año con año crece y necesita satisfacer esta necesidad. Desde hace algunos años hay muy poca vivienda formal disponible y eso ha generado un incremento muy significativo en los precios que hoy es más que evidente.
Esto no es nada nuevo, al menos desde hace cuatro años he puesto hincapié en este problema que comenzó a hacerse patente con la disminución de proyectos de construcción de vivienda básica y media en la CDMX, así como en la mayoría de las ciudades de todo el país a causa de la falta de confianza de los desarrolladores e inversionistas y qué decir de la inexistencia de programas públicos de apoyo a la primera vivienda de los mexicanos de escasas facilidades económicas y, por supuesto, de las clases medias.
Las autoridades han hecho caso omiso de esta problemática y por ello quienes hoy buscan comprar su primera casa o departamento no encuentran opciones asequibles, lo único que hallan son precios altos causados por la falta de oferta suficiente de vivienda.
Revisemos el contexto que nos trajo aquí: en la administración de Enrique Peña Nieto, que estuvo plagada de corrupción e ineptitud, increíblemente se comenzaron a corregir muchos problemas relacionados con la vivienda. En gobiernos pasados, se construyeron muchas casas inadecuadas lo cual al final generó que cientos de miles fueron abandonadas por estar demasiado lejos o mal construidas. Con Peña Nieto se frenó la construcción en zonas remotas y se negaron recursos federales para cualquier tipo de desarrollo que no se ubicara en zonas metropolitanas o aledañas.
Con estas medidas se evitó que se siguieran construyendo las llamadas ciudades dormitorio que se erigieron en los sexenios de Fox y Calderón. Lo que hemos sufrido en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador es que se eliminaron los subsidios a la vivienda básica, se construyó muy poca primera vivienda y no se apoyó el combate a la corrupción. Tenemos que decir con todas sus letras que este es un fracaso mayúsculo y los datos publicados por el Registro Único de Vivienda lo confirman.
Mi particular preocupación es la desaparición casi por completo de la construcción de vivienda básica para los segmentos socioeconómicos que más necesitan apoyos.
En este gobierno se privilegió en gran medida la autoconstrucción sin supervisión que, en mi opinión, ha sido muy dañina para las familias mexicanas, pues la mayoría de las casas que se construyen a través de este mecanismo no genera valor y, por ende, cientos de miles de personas no ven crecer su patrimonio. Además, suelen construirse en asentamientos irregulares que no ofrecen protección jurídica alguna.
Lo que se debió de haber hecho es continuar el apoyo del proceso de formación de patrimonio de las familias en México con base en sus necesidades a través de vivienda formal dentro de zonas urbanas con servicios adecuados.
Desde mi punto de vista, es urgente desarrollar políticas públicas congruentes que faciliten la edificación de vivienda en todos los niveles socioeconómicos, se debe regresar al subsidio que existía a la vivienda básica y se tiene que combatir sin fines políticos la extorsión y corrupción que existe en la industria de desarrollo inmobiliario.
Desafortunadamente, como reza el dicho: ahogado el niño, a tapar el pozo. Las consecuencias ya las están viviendo cientos de miles de familias de clase media y personas de recursos más limitados. El reto será, en efecto, escuchar a quienes tienen 100% capacidad técnica e integridad para llevar a cabo la reactivación de este vital sector para la economía de México que ha llegado a representar más de 6% del PIB nacional. Sun
*Fundador y director general de Tu Hipoteca Fácil, y cofundador de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad