Jorge Gaviño
La veda electoral es una normatividad que de acuerdo con diversos sistemas jurídicos prohíbe la realización de actos de proselitismo previo a la realización de los comicios. Dependiendo del país en cuestión y en correspondencia a sus leyes, el tiempo de las restricciones que se plantean pueden variar según sea el caso e incluso hay naciones donde esta prohibición no se aplica. En México, el llamado «periodo de reflexión» es el más largo del orbe; inicia 72 horas antes de las votaciones y de acuerdo con la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales obligatoria para los partidos políticos y candidatos, señala que no se permitirá la celebración ni la difusión de reuniones o actos públicos de campaña, de propaganda o de proselitismo. Asimismo, contempla que, hasta la hora del cierre oficial de las casillas, queda prohibido publicar o difundir por cualquier medio, los resultados de encuestas o sondeos de opinión que tengan por objeto dar a conocer las preferencias electorales.
En Argentina, Brasil e India hay dos días de reflexión previo a que los votantes acudan a las urnas, mientras que en España, Italia y Francia es solamente un día. En Reino Unido y Estados Unidos no existe la jornada de reflexión y los partidos políticos pueden pedir el voto durante la propia jornada electoral. Es necesario evaluar los resultados que ha dado esta normatividad y si es que se tiene que mejorar o eliminar según el contexto en el que vivimos con miras a los próximos procesos electorales. Algunos representantes de los partidos han dicho que no tiene ningún sentido hacer esta pausa a las campañas, mientras que la mayoría de los actores políticos han hecho diversos llamados a respetarla.
Para un grupo pensadores de la antigüedad el silencio, la reflexión y actuar con mesura eran cualidades indispensables que se debían tener antes de tomar una decisión trascendental y sin duda el ideario de esto se mantiene en la veda electoral que nos impone dejar de hablar para meditar y entonces sí, el próximo domingo acudir a votar. Lo que concluyan y lleven a cabo los poco más de 100 millones de mexicanos que forman parte del padrón electoral definirá el rumbo de nuestro país, por ello hago una invitación a que no haya ningún acto de violencia ni de odio que lastime a nuestra sociedad durante los días de veda electoral. Hay quienes desde semanas atrás han comentado que impugnarán el resultado. A aquellos que han manifestado que se inconformaran les invito a que realicen las quejas de acuerdo con los mecanismos que establece la propia ley electoral. Vale la pena recordar las palabras de Marco Aurelio: «El que peca, peca contra sí; el que comete una injusticia se la hace a sí mismo». Lo que decida la mayoría de los mexicanos debe ser acatado y respetado por todos, incluso por aquellos que piensan distinto, la democracia nos une y no puede dividirnos tal como pretenden algunos. Sun
