El ciclo escolar 2024-2025 finaliza hoy para casi 24 millones de estudiantes de educación básica y más de 5.5 millones de educación media superior. Para la organización Mexicanos Primero este período ha estado marcado por la violencia, eventos climáticos extremos y paros docentes que impactaron el derecho a la educación.
Para la organización civil Mexicanos Primero, las y los estudiantes terminan un ciclo escolar marcado por contrastes: avances en programas oficiales, pero también violencia, eventos climatológicos extremos y paros magisteriales que comprometieron el derecho de niñas, niños, adolescentes y jóvenes a estar en su escuela y aprender en ella.
Durante este periodo, el Gobierno Federal avanzó en la implementación de la Nueva Escuela Mexicana; incrementó el número de becas para fomentar la permanencia escolar y/o la conclusión de estudios; y, el programa La Escuela es Nuestra incluyó, por primera vez, a la educación media superior, beneficiando a 6 mil 115 planteles.
Además, se decidió que México continúe participando en la prueba PISA que evalúa las habilidades y conocimientos de estudiantes de 15 años en matemáticas, lectura y ciencias; es decir, lo que pueden hacer con lo aprendido. La prueba se aplicó en los meses de abril y mayo, y sus resultados se darán a conocer en diciembre de 2026.
Para la ONG si bien el Gobierno Federal impulsó el derecho de las y los estudiantes a asistir a la escuela en mejores condiciones, la desaparición de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Instituto Nacional de Acceso a la Información (Inai) representan un retroceso en materia de transparencia educativa.
Sin estos organismos y la información que generaban, es mucho más difícil saber cuántos estudiantes están fuera del sistema, en qué condiciones estudian quienes sí están y si realmente están aprendiendo.
Además, la incertidumbre generada entre las y los docentes por la anunciada desaparición de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) y la falta de claridad sobre un nuevo sistema de promoción -que sugiere incluso evaluaciones entre pares- ha dejado al magisterio en un limbo administrativo y laboral.
Por otro lado, el paro de docentes pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que duró 24 días, afectó a más de 1.2 millones de estudiantes de educación básica en Estados como Oaxaca, Chiapas, Zacatecas, Guerrero, Baja California Sur, Chihuahua, Ciudad de México y Yucatán. Según la SEP, 19 mil 974 planteles (10 % del total nacional) tuvieron suspensión total de actividades. Como resultado de las protestas, se redujo el número de días de clase y se amplió el periodo vacacional.
La realidad en muchas regiones del país muestra que las condiciones para ejercer el derecho a aprender se deterioraron.
La violencia relacionada con el crimen organizado obligó al cierre recurrente de escuelas en Sinaloa, Guerrero, Michoacán, Chiapas, Tabasco, Guanajuato, Tamaulipas, Baja California y Morelos. En Sinaloa, por ejemplo, al menos 582 de las 978 escuelas de turno matutino en Culiacán cerraron desde septiembre de 2024 y así permanecieron durante gran parte del ciclo.
Según el Observatorio de Medios de Mexicanos Primero, se perdieron al menos 30 días de clase por esta causa, sin contar descansos oficiales ni sesiones de Consejo Técnico. Sun
Entre Violencia y Paros Magisteriales, Concluye Ciclo Escolar 2024-25
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