* SEGÚN DATOS DE LA ACNUR, MILES DE MIGRANTES DE CENTRO Y SUDAMÉRICA BUSCAN PEDIR REFUGIO EN NUESTRO PAÍS, AUNQUE MUCHOS OPTAN POR ENTRAR DE MANERA ILEGAL Y QUEDAR EN EL ANONIMATO.
* SECTORES PRODUCTIVOS AFIRMAN QUE DERIVADO DE LAS CARAVANAS DE MIGRANTES, LAS VENTAS Y EL TURISMO DISMINUYERON HASTA EN UN 70%.
Tapachula, Chiapas; 22 de diciembre.- La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) informó en las últimas horas que unos 4.6 millones de venezolanos han abandonado ese país hacia varias regiones del mundo.
Uno de los destinos que buscan para solicitar refugio, sobre todo por razones humanitarias, es México, donde se cree que ya se encuentran entre las cinco principales nacionalidades de extranjeros indocumentados que piden esa categoría migratoria.
Pierre-Marc René, agregado de ACNUR para la información pública, dijo en entrevista para el rotativo EL ORBE, que ese organismo se dedica a brindar la atención a las personas que se presentan a solicitar asilo en México.
Es decir, de aquellos que huyen de sus países por diversas causas, principalmente por la violencia y la persecución.
De todos ellos, dijo, la gran mayoría son originarios de Honduras, El Salvador y Guatemala, «pero tenemos un grupo muy importante también de Nicaragua y Venezuela, que están llegando a esta región del país».
Indicó que les están brindando la atención necesaria y la protección, en coordinación con las autoridades, para que puedan rehacer sus vidas.
Al hacer un balance de ese flujo migratorio que sigue llegando en masa a Chiapas, indicó que los migrantes han externado que están huyendo de las pandillas, porque amenazan a las familias, reclutan a niños y extorsionan negocios. Por eso tienen que huir porque no tienen seguridad.
Con cifras de la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (ACNUR), informó que, hasta el último día de noviembre, había más de 70 mil solicitudes de refugio en esta región.
«La situación migratoria en la frontera sur de Chiapas es muy compleja, por la situación de un flujo mixto que está llegando, tanto de migrantes que tienen la idea de que van de paso, como los que buscan el refugio, y eso complica la atención que se les pueda dar», detalló.
Al cuestionarlo sobre los miles de migrantes indocumentados que están varados en Tapachula, comentó que no los pueden forzar a que soliciten su calidad de refugiado.
En lugar de eso, que les están informando sobre los derechos y opciones que tienen en el país para que ellos puedan tomar la mejor decisión.
Reconoció que el flujo migratorio difícilmente se podrá frenar y que por eso -según Pierre- están trabajando con el Foro Global sobre Refugiados, para buscar con los países de origen, tránsito y destino, diferentes opciones de solución y atender esa problemática.
Aclaró que la migración irregular no es algo nuevo y que, más bien es un tema histórico que siempre ha pasado, en donde las personas que se ven obligadas a salir de sus países por diversas razones, definitivamente lo seguirán haciendo.
Consideró que los migrantes que necesiten protección, por su seguridad deben tener libre ingreso para que puedan realizar su proceso de refugio.
Reconoció que la percepción ciudadana sobre los migrantes, cambió este año con la llegada de muchas caravanas, pero que eso no significa que todos los que llegan sean malos.
Según algunas organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, hasta hace un par de meses había unos 70 mil migrantes varados en Tapachula y que, al cierre del año, la cifra disminuyó a 50 mil.
Y es que muchos de ellos lograron regularizar su estancia migratoria y avanzaron hacia otras entidades; otros, fueron contratados dentro de los programas gubernamentales y, unos más, regresaron a Centroamérica a pasar las fiestas decembrinas, para volver en enero.
Coincidentemente, representantes de sectores productivos camerales y de la sociedad, han señalado que este año se desplomaron las ventas y el arribo del turismo en hasta un 70 por ciento en la Frontera Sur, por la sola presencia de migrantes en Tapachula.
Mientras tanto, la ciudadanía sufre los embates de la falta de trabajo, y es testigo de cómo miles de migrantes supuestamente se la pasan barriendo las calles, con un sueldo fijo que les paga el Gobierno Municipal, pero la supuesta limpieza que realizan no se ve, ya que la ciudad permanece sucia. Los niños de la calle, así como personas de mayor edad se ven obligados a mendigar, pero como no son extranjeros, les niegan ayuda asistencial y trabajo. EL ORBE / Ildefonso Ochoa Argüello