Tapachula, Chiapas; 30 de Noviembre del 2025.- En el Soconusco, la chef e investigadora Estefanny Velasco Solís, estudiante del Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable en El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), encabeza una iniciativa que busca fortalecer la relación entre productores locales, la comunidad y el turismo sostenible mediante la preparación de platillos con productos cultivados y cosechados en la región.
El objetivo principal, explica, es “generar esta sinergia entre la comunidad y la sociedad”, impulsando una retribución social que permita a los productores capacitarse y aplicar nuevas formas de cocinar las plantas alimenticias no convencionales presentes en sus agroecosistemas, especialmente en los cacaotales tradicionales. Esta propuesta también busca “facilitar este valor agregado a la cadena productiva, y que ellos puedan generar un valor económico, redituable”, señala.
Durante la actividad más reciente, turistas de países como Alemania y Argentina pudieron conocer esta cocina sostenible y degustar algunos platillos preparados con ingredientes locales. Velasco destaca que “pudimos tener participantes… interesados también en esta cocina sostenible”, lo que reflejó el creciente atractivo del ecoturismo gastronómico en la región.
Los visitantes disfrutaron de recetas como agua de chayote con limón, mermelada de carambola, plátanos flameados y tostadas de teshcamote o malanga, utilizando además coco, mango, pepino y rábano. Estos alimentos, resalta la chef, permiten “tener una alimentación… libre de agroquímicos, también una alimentación nutritiva, muy necesaria en estas temporadas de fast food”.
Entre las plantas alimenticias no convencionales promovidas se encuentran la malanga, el chipilín, la hierbamora, la pata de paloma, el berro, el bledo y el chayote, especies comunes en huertos y traspatios, pero poco reconocidas en la gastronomía comercial. Con el acompañamiento de especialistas culinarios, se busca que los productores aprovechen estos cultivos mediante platillos más elaborados.
“Se busca beneficiar al productor y a la sociedad quien consume estos tipos de alimentos”, concluye Velasco. EL ORBE/ JC





