* Pertenecientes a la Caravana Migrante.
Tapachula, Chiapas; 23 de enero del 2021.- A confesión de ellos mismos, uno dos mil hondureños que partieron desde su país hace ocho días y que se enfrentaron en Guatemala con militares y policías hasta que disolvieron su movimiento, lograron seguir su camino hacia la frontera con México, cruzar la frontera y caminar hasta Tapachula, donde desde este sábado ya se encuentran varados junto con otros 50 mil extranjeros.
A este último contingente ya se le conoce como los “invisibles”, porque ninguna autoridad en los límites fronterizo se pudo percatar que entraron ilegalmente a territorio nacional y continuar su viaje hasta la capital económica de Chiapas.
Se desconoce cuántos de ellos pudieran estar contagios con el mortal virus del Covid-19 o de otras enfermedades, puesto que no fueron revisados en los filtros sanitarios en Guatemala, ni tampoco en territorio nacional, porque no hay.
Tampoco se sabe si alguno de ellos tiene antecedentes penales o es buscado en su país de origen, porque, hasta hoy, no han tenido la necesidad de identificarse ante ninguna autoridad.
No está muy claro los mecanismos ni la estrategia que utilizaron para burlar al “impresionante” operativo montado por el gobierno en los límites con Guatemala, o quizá aprovecharon los momentos en los que los agentes federales se formaban para tomarse la foto y los videos resguardando la Soberanía Nacional.
Esos migrantes advirtieron a su arribo a Tapachula que dejarán esta ciudad con la idea de buscar llegar a los Estados Unidos.
Los hondureños llegaron en grupos pequeños, según dijeron, y que nadie los va parar, ya que su único fin es llegar a la frontera norte en busca de trabajar y que los dejen ingresar a los Estados Unidos.
El migrante, Roque Esquivel, en voz de sus compañeros, dijo a EL ORBE que entre más migrantes siguen llegando a Tapachula, algunos de la caravana que partió de Honduras y otros que se sumaron de El Salvador y Guatemala.
Indicó que, para poder llegar hasta Tapachula, tuvo que pagar 800 dólares y 300 quetzales más, en donde firmó una nota para que los dejaran pasar.
Además, pagaron pasajes de autobuses hasta llegar a Guatemala y posteriormente cruzar la frontera con México. “donde también nos cobraron más dinero para poder dejarlos cruzar”.
Más tarde tuvieron que caminar tres días por toda la carretera Tapachula-Ciudad Hidalgo, donde han pasado de manera “invisible” ante las autoridades federales que supuestamente mantienen una vigilancia por la llegada de caravanas migrantes.
En este sentido, Jorge Meléndez, también de la caravana de Honduras, expresó que su principal meta es llegar a los Estados Unidos sin importar la forma en que lleguen. EL ORBE / M. Blanco / Ildefonso Ochoa