La del PRI en Cacahoatán, una Muerte Anunciada
César Solís
La pandemia de Covid-19 en el municipio de Cacahoatán corroboró la falta de capacidad para gobernar de Julio Calderón Sen, quien por suerte aún es alcalde y encontrará cobijo en algún partido del Gobierno en turno para librar ser huésped distinguido del Amate.
Hoy, Cacahoatán es mal gobernado por la soberbia, arrogancia e ineptitud de un Alcalde de extracción priista, mismo que durante todo este tiempo ha sido mal asesorado por maestros que cobran con prestanombres porque hacen como que trabajan en sus centros escolares, así como otro grupito de personajes locales, entre ellos un exalcalde y la esposa de un Regidor actual que dirige al PRI en el municipio, pero que únicamente se ha ganado el odio de trabajadores y resto de la población por su soberbia y arrogancia.
Todos estos detalles han provocado el deceso de este organismo político que durante muchos años atrás gobernó y, a decir de la gente, lo hizo mucho mejor que quienes actualmente están sirviéndose con la cuchara grande.
Cacahoatán hoy tiene carencia en todos los servicios básicos, entre ellos el de alumbrado público, al grado de que los habitantes de la cabecera municipal tienen que hacer la coperacha para iluminar su calle o barrio.
Otro tema que llama la atención fue el cierre de la Clínica Municipal de Salud, puesta en marcha en el trienio de Carlos Enrique Álvarez, un proyecto que fue bien recibido y aplaudido por la población, incluso atendían a pacientes o personas de municipios vecinos como Unión Juárez.
Mucha gente ha condenado este atentado contra la salud por parte del Alcalde, a quien le valió cerrar este espacio de atención durante los meses más difíciles de la pandemia, bajo el argumento de que ya no hay recursos para que continúe activo este lugar.
Al presidente Calderón Sen únicamente le ha quedado claro que este cargo sirve para beneficiarse como a sus familiares directos, más no para trabajar por reducir la brecha de la desigualdad social existente en la también conocida como la Villa de las Hortensias.
Reflectores.
Por cierto, se habla de que la Federación otorgó 14 millones de Pesos a Ayuntamientos de Chiapas para atender el tema de la pandemia. De ser esto cierto se caerá abajo el teatro callejero del alcalde José Luis Laparra, de Huixtla, quién hasta pagó medios nacionales para salir como el héroe dadivoso que apoya a su gente con su propio dinero.
Y de corroborarse aún más se vendrá la exigencia a otros municipios que adquirieron despensas en 200 Pesos y las facturaron con cargo al erario hasta en 600 Pesos.
Nos leemos en la próxima…