Pese a Compromisos, el Plan
Michoacán no Tendrá Éxito
Carlos Ramírez
El principal problema que enfrenta el Plan Michoacán 3.0 no tiene que ver con el entusiasmo voluntarista del Poder Ejecutivo Federal para recuperar confianza después del asesinato-mensaje el alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, sino que está montado sobre el fracaso de los planes 1.0 y 2.0 y se moverá en las estructuras sociales, políticas, económicas y burocráticas que están copadas o en el peor de los casos atoradas por las bandas delictivas a las que hay que combatir.
Los planes parciales ya demostraron su ineficacia. Por ejemplo, el programa de emergencia para Sinaloa ha tenido que mantener en el poder al gobernador Rubén Rocha Moya que aparece revelado con datos duros como aliado del Cártel de Sinaloa, incluyendo el incidente que propició el secuestro ilegal de Ismael El Mayo Zambada, para entregarlo a Estados Unidos.
Y el problema de fondo en toda la territorialidad burocrática donde opera sin contrapeso el crimen organizado, los Presidentes Municipales aparecen aliados por miedo o complicidad a las bandas delictivas, sin que los Gobernadores tengan voluntad o fuerza para apoyar una estrategia de destrucción de las organizaciones criminales.
El Plan Michoacán 3.0 enfrenta obstáculos muy concretos:
1.- El problema no es estatal, sino nacional, porque los tres grandes cárteles que han desplazado al Estado de sus instituciones tienen su sede en otras partes de la República y las delegaciones estatales siguen funcionando aún con capos intermedios detenidos.
2.- Los grupos delictivos en Michoacán no llegaron ayer, sino que tienen alrededor de 30 años de estar operando de manera creciente en todas las estructuras sociales y de gobierno.
3.- Los funcionarios municipales, estatales y federales son cómplices por comisión o por omisión del asentamiento criminal y no hay nada en el Plan 3.0 para limpiar esas estructuras.
4.- Los Alcaldes michoacanos se han aliado a la delincuencia y las policías municipales y estatales son parte de la estructura criminal.
5.- El único camino que tiene el Estado federal para recuperar el control de la soberanía territorial en Michoacán es una guerra letal contra las bandas delictivas, porque ninguna aceptará la propuesta de López Obrador, de abandonar de inmediato la droga o los delitos la extorsión y dedicarse a la siembra. Son organizaciones criminales preparadas para la guerra territorial.
6.- No se conoce -si acaso existe- un diagnóstico gubernamental de la inseguridad que haya sido redactado antes del asesinato del alcalde Manzo, ni se han circulado recompensas de los principales capos, ni se sabe si existen comandos gubernamentales dedicados a la captura, ni tampoco se tiene clara la zona de influencia de los delincuentes.
7.- El problema de fondo de la inseguridad de Michoacán no está solo en los capos, sino las estructuras de los cárteles y bandas delictivas que están incrustadas en la sociedad, y ahí tampoco está claro el papel del Plan 3.0.
8.- El gasto social es importante pero solo tiene influencia a nivel de ingreso salarial indirecto coyuntural, sin afectar la pobreza multidimensional que es la que orilla a las personas empobrecidas a aliarse con los narcos.
9.- El modelo de polos de desarrollo solo tiene que ver con la infraestructura territorial y de servicios, pero sin ningún pacto concreto con empresarios y trabajadores que tendrían que arriesgarse a trabajar en zona de dominio criminal y menos si a la vista se tienen los asesinatos y amenazas de productores agrícolas.
10.- Una propuesta de profundidad del Plan Michoacán 3.0 requería previamente de estructuras políticas y de gobierno municipales y estatales ajenas a las actuales autoridades, sobre todo si no existe -o es un documento ultra secreto- alguna evaluación gubernamental de seguridad interior que haya identificado los perfiles políticos en los tresniveles de Gobierno sobre las autoridades municipales, estatales y hasta federales, que aparecen como responsables por comisión o por omisión del creciente dominio criminal en el Estado y en otros Estados de la República.
Así que el Plan Michoacán 3.0 no debería ser un proyecto político y mediático para evitar que la irritación popular estatal se convirtiera en voto contra Morena.
Política Para Dummies: la política se explica desde la política.
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