Tapachula, Chiapas; 29 de Abril.- Ante los casos de personas que han sido atacadas por cocodrilos en la costa chiapaneca, el defensor de especies en peligro de extinción, Humberto Yee, precisó que esto ha ocurrido porque los habitantes de esa zona son netamente pescadores, lo que provoca que no haya suficiente alimento para los reptiles y en consecuencia se vuelvan agresivos contra los humanos, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones donde los habitantes son campesinos o productores de ganado.
La Encrucijada es una reserva muy abandonada por el Estado mexicano, y al ser una reserva de pescadores, está llevando a la escasez de peces, principal alimento de estos grandes reptiles y, por tanto, el conflicto cocodrilo-humano se ha acelerado en los últimos seis años. Es por eso que urge un plan de manejo de los cocodrilos y se le debe invertir a proyectos alternativos, de lo contrario, a esa especie, por temor y psicosis, pueden llevarla a la extinción, afirmó.
“Algunas personas me han preguntado si los accidentes con los cocodrilos es general en Chiapas, y yo les he contestado que no”, dijo.
En Chiapas existen tres grandes poblaciones de cocodrilos, sobre todo de la especie acutus, es la que llega a alcanzar hasta 6 metros de largo y la más agresiva. Una está en la Costa, dentro de la Reserva Biosfera La Encrucijada; la otra en la parte central, en el Cañón del Sumidero, y la tercera en la Selva Lacandona.
En los tres sitios mencionados, sólo en el Cañón del Sumidero no existen comunidades viviendo dentro de ella, al tener una figura de Parque Nacional permitió su total conservación y por tanto, los cocodrilos no entran en contacto con la gente.
El segundo sitio es la Selva Lacandona, ahí la gran mayoría de comunidades viven a orillas de los ríos Lacantún y Usumacinta, sobre todo Benemérito de las Américas, Frontera Corozal y Pico de Oro que mantienen poblaciones muy parecidas a las comunidades más grandes de La Encrucijada.
Ahí los cocodrilos no han atacado a la gente porque los pobladores de la Lacandona no viven de la pesca como los de La Encrucijada, ellos viven de la ganadería y la agricultura y únicamente hacen pesca de subsistencia.
En la Selva Lacandona casi todas las comunidades están metidas en el programa de Pagos por Servicios Ambientales, que incentiva a los lugareños a conservar sus bosques y sus especies, por tanto, cazar animales no es permitido y eso genera que los grandes cocodrilos tengan presas grandes como venados u otros mamíferos, además existen comunidades donde hasta la pesca está prohibida.
En La Encrucijada hay accidentes con los cocodrilos porque es una reserva biosfera habitada por pescadores, principal actividad de las comunidades; La Encrucijada no posee proyectos de ecoturismo como la Lacandona o el Cañón, más bien lo que se hace acá es turismo de playa, que es muy diferente al turismo de naturaleza. EL ORBE/Rodolfo Hernández González