Ciudad de México, enero 24. – Los Bengals de Cincinnati se han transformado desde que el quarterback Joe Burrow regresó a comandar la ofensiva, tras su lesión de rodilla. El egresado de LSU le ha cambiado la cara a una franquicia que venía de años fatídicos.
El pasador ha terminado con varias sequías que pesaban en la organización desde hace varios años y, de la mano del coach Zac Taylor, ha demostrado ser el talento que buscaban los Bengals, cuando fue el primer seleccionado del Draft 2020.
Antes de reclutar a Burrow, Cincinnati tenía un conflicto cuando se trataba de juegos de postemporada: Desde 1990, no ganaba un juego a eliminación directa. Aquella vez, los Bengals derrotaron a los entonces Oilers de Houston (41-14). Después de eso, perdieron sus siguientes siete duelos de Playoff… Hasta que llegó su actual mariscal de campo.
Por si fuera poco, la última vez que los Bengals habían llegado a una final de conferencia fue en 1988, cuando derrotaron a los Bills de Buffalo (21-10).
Tuvieron que pasar 34 años para que Cincinnati volviera a disputar el boleto al Super Bowl, y se lo ganara a Kansas City. Burrow lanzó para 250 yardas y dos anotaciones. El partido se fue a tiempo extra y, con un gol de campo de Evan McPherson, ganó.
El domingo espera repetirlo, en la casa de los Chiefs. SUN