+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas
Soy obispo en Chiapas desde hace más de 26 años. Desde hace 17 años, recorro todo el territorio de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, que comprende las regiones de Los Altos, la Selva y la Región Fronteriza. En mi servicio pastoral, advierto los avances que ha habido en la infraestructura carretera, así como muchas deficiencias que tanto el Gobierno como la sociedad deberíamos corregir.
Todos disfrutamos la supercarretera San Cristóbal a Tuxtla, aunque sea de cuota, y esperamos que, en un tiempo no muy remoto, se pueda ampliar a cuatro carriles. De igual modo, valoramos el esfuerzo que se ha hecho para ampliar la carretera de Comitán hacia San Cristóbal, que llega por ahora hasta un poco antes de Amatenango del Valle, pero esperamos que llegue hasta San Cristóbal, y que siga siendo libre de cuota. Con el tiempo, se deberá ver la forma de hacer una nueva carretera hacia Palenque, o ampliar la actual, siempre en acuerdo previo con las comunidades.
Hay nuevas carreteras, incluso pavimentadas, en varios municipios, como Chamula, San Andrés Larráinzar, Oxchuc, Chilón, Margaritas, Venustiano Carranza, etc. En Ocosingo, se está pavimentando la carretera de la cañada hacia Taniperla. Faltan otras cañadas igualmente importantes.
Sin embargo, hay varios tramos carreteros que están olvidados, como el de San Andrés Larráinzar hacia Puerto Caté; de Simojovel hacia Huitiupán y Amatán; de Temó hacia Bachajón, Chilón, Yajalón, Tila, Sabanilla y Tumbalá; de Madero hacia Salto de Agua; de Cuxulhá hacia Altamirano; de Chenalhó a Pantelhó, etc.
Exhortamos a nuestras autoridades estatales y federales a poner su atención a estos y a otros tramos carreteros, para, si no se puede hacerlos nuevos, al menos que vean cómo disminuir tantos baches y deslaves que hay. Todo por el bien de la comunidad, cuyos impuestos administran. Que no se vaya tanto dinero a las campañas políticas, sino que se destine a estas necesidades básicas. Y que se dialogue con las comunidades, para eliminar muchos topes absurdos, innecesarios e inhumanos, y regularizar los que sean necesarios.
También los transportistas se podrían organizar para hacer algunos arreglos temporales a tantos agujeros y deslaves que hay por todas partes. No esperemos pasivamente que todo lo haga el Gobierno. Hace años, los transportistas de Chamula, San Andrés y Chenalhó se organizaron y quitaron muchos topes de sus carreteras, para beneficio de sus unidades y de sus pueblos. La organización comunitaria es básica para el progreso común. Chiapas y sus pobladores merecen mejores carreteras[N1].
[N1]cs