jueves, abril 18, 2024
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ALFIL NEGRO

Escrito está: mi casa es casa de oración; más vosotros la habéis hecho cueva de ladrones (Lucas 19:46)

Lobos Rapaces
Oscar D. Ballinas Lezama

Algunos sacerdotes y pastores empiezan a reconocer que no todo el que dice ‘Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos; una gran cantidad de iglesias se han convertido en verdaderos mercados de la fe, enriqueciendo a los líderes religiosos que no les importa perder el alma en el cielo, con tal de volverse millonarios en la tierra.
Para nadie es secreto que los mercaderes de la fe utilizan todos los medios para envolver a sus víctimas, sobre todo la televisión, radio y el internet, donde muestran la farsa de supuestos milagros o de la aparición de santos y santas, pidiendo a los creyentes que les veneren y adoren, sobre todo, que aporten dinero y otros bienes terrenales para que cuando se mueran tengan asegurado un lugar cerca de Dios.
Muchas denominaciones evangelistas exigen a sus seguidores el cumplimiento del diezmo o las ofrendas, las que no siempre se dan por amor, sino por miedo al castigo de Dios y terminar ardiendo en el fuego del infierno; mientras que una gran cantidad de sacerdotes parecen haberse desviado del apostolado de salvar almas en forma gratuita, al grado que en muchos templos existen tarifas por el tipo de bendiciones, casamientos, primeras comuniones y hasta por dar los santos óleos a los muertos.
Este tipo de actitud difiere del espíritu de ayudar al prójimo, como enseñara a la humanidad en sus tiempos Jesucristo, el humilde carpintero que vino a dar su sangre para lavar los pecados de la humanidad, lo hizo gratuitamente y por amar a sus semejantes; aunque al parecer, según la Biblia el hijo de Dios previó que todo esto tenía que suceder, como sucedió con su crucifixión.
Ante el nacimiento de tantas religiones y la creación de infinidad de templos en donde los líderes y la mayoría de los feligreses o devotos mantienen una división feroz, lo que les impide buscar la salvación a través de la oración en unidad y pretenden llevar agua a su molino, enseñando cada quien conforme interpreta el libro de libros, la forma en que puede salvar su alma un ser humano y convertirse en un inmortal más allá de la muerte terrenal.
Algunos católicos aseguran que se salvarán por sus obras, mientras los evangélicos buscan esa salvación a través de la fe, mostrando con sus palabras cada líder religioso que el cielo o el infierno para las almas será encontrado después de la muerte, tras el juicio final que ya es anunciado por lo que escrito está en la Biblia.
Basados en que Jesucristo les dio algunas pistas de los tiempos del fin, los estudiosos de la Biblia vienen anunciado desde hace varias décadas que las señales o los focos rojos del Armagedón están a la vista, sin embargo, aseguran que nadie quiere verlas ni escuchar de ellas.
Jesús, según la Biblia, dijo que entre las señales para que todos pusieran sus ‘barbas a remojar’, estaban los terremotos, las guerras, epidemias, hambre, el enfriamiento del amor hacia los semejantes; que los hombres serían amadores de sí mismo, del dinero, presumidos, altivos, traicioneros, testarudos, orgullosos, soberbios, amadores del placer más que de Dios.
La lucha espiritual de la humanidad está poniendo contra la pared a la mayoría de las personas, porque de entrada desconocen que la batalla que están librando no es contra carne y sangre, sino contra potestades del mal, según lo establece el libro de libros; pero quién voltea sus ojos para leer, estudiar y analizar esas líneas de advertencia; el poder de la oscuridad se ha manifestado abiertamente a través de la tecnología que está dividiendo, insensibilizando y automatizando a los seres humanos, que actualmente han sido posesionados por el celular y el internet.
Es precisamente esa distracción virtual la que aprovecha el ángel de la oscuridad para nublar la razón de los seres humanos, en especial de muchos líderes religiosos a los que convierte en lobos rapaces vestidos con piel de ovejas, esos son los que están llevando al despeñadero a quienes buscan su salvación en templos que carecen de la presencia del espíritu santo, afirman los estudiosos de la Biblia que siguen la corriente de Martín Lutero.
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”(Mateo 7:15); y de esos, desafortunadamente, hay muchos en la religión, sea de la denominación que sea, estos personajes que buscan a costa de la ignorancia o la buena voluntad y necesidad espiritual de sus seguidores, para enriquecerse vendiendo la fe.
Es claro que, gracias a Dios, no todos son iguales, aún quedan líderes religiosos que tienen ese apostolado y realmente cumplen con ayudar a sus semejantes a encontrar el buen camino, para refrescar su espíritu acercándolo al conocimiento de comportarse como Dios manda; el rescate verdadero de los valores morales que se están perdiendo con las actuales generaciones en el mundo.
Feliz domingo, busque a Dios en su corazón y en la quietud y santidad de una iglesia, valore realmente la actitud de su líder espiritual, no vaya a ser que termine devorado por ese lobo rapaz vestido de oveja.

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