Verdades o Mentiras
Oscar D. Ballinas Lezama
Bien dicen que no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague; ayer, el Presidente saliente de la Federación mexicana, envió lo que se considera un mensaje en la víspera de su último informe, ‘calentando’ el ambiente con cientos de spots en radio y televisión sabiendo que no está el horno para bollos.
Enrique Peña Nieto llega al final de su camino como Presidente de México, en medio de una enorme inconformidad y severas críticas del pueblo, al que se comprometió ayudarle y defender sus intereses conforme a lo marca la Constitución, jurando y perjurando que lo haría, incluso, ‘más allá del infinito’.
Para nadie es secreto que no solamente incumplió su palabra, sino que la voz popular lo ha calificado como uno de los peores Presidentes que este país ha tenido en su historia; el sol no puede taparse con un dedo, por lo que el sentir de casi la totalidad de los habitantes de esta nación es de rabia acumulada contra quiénes considera sus verdugos y no sus gobernantes.
La gente se siente defraudada por la pésima administración de Peña Nieto y su gabinete, afirmando que no cumplieron con lo que ofertaron en campaña, por el contrario, se incrementaron las violaciones a los derechos humanos, aumentaron la violencia y la corrupción, hasta crear un resentimiento entre una ciudadanía que aprovechó las elecciones pasadas para cobrarle la factura en las urnas.
No parece existir ciudadano en México que a estas alturas abra la boca para expresar algún acierto del político que prometió crear fuentes de trabajo, bajar los índices de asaltos, secuestros, crímenes y la drogadicción; el que convirtió en burla la promesa de bajar los precios de las gasolinas y la luz a través de la reforma energética; todo fue mentira y quien volvió a pagar los platos rotos fue el pueblo de México que a estas alturas ya no quiere queso, sino salir de la ratonera.
El informe que oficialmente dará a conocer mañana lunes el aún presidente Peña Nieto ha generado una enorme polémica en la que sus críticos lo ponen como palo de gallinero, sobre todo, cuando recuerdan los vergonzosos casos de la tragedia de Ayotzinapa y la Casa Blanca, por marcar dos botones de muestra de injusticia y corrupción que predominó en su sexenio.
La reforma educativa, que ha anunciado su sucesor abolirla por completo, es otra muestra del fracaso tremendo que tuvo en su sexenio ‘el príncipe de las reformas’, que al parecer sigue viviendo en un país de maravillas; no vio ni parece haber escuchado a un pueblo que se cansó y hartó de denunciar las injusticias; bien dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oír.
En su corto mensaje de ayer sábado, Peña Nieto dio un adelanto de la rendición de cuentas alegres que hará ante el Congreso de la Unión, que a estas alturas se supone estará representado por los legisladores recién electos quienes tendrán su primera prueba de fuego para mostrar de qué están hechos.
“A la fecha se han neutralizado a 107 de los 122 delincuentes más peligrosos en México”, dijo entre otras cosas el Presidente saliente, quien pidió que a la criminalidad no solamente se le debe combatir con mano firme, sino también con mano certera; quizás tenga razón, sin embargo, la pregunta que sus conciudadanos le hacen es, por qué en su administración no lo llevó a cabo y permitió que la delincuencia creciera y afectara gravemente el núcleo social.
Habló también que su gobierno ha priorizado la estabilidad macroeconómica, con una conducción de las finanzas públicas; sin embargo, no hay fuentes de trabajo, el Peso se devaluó terriblemente y el costo de los productos y servicios se fueron hasta las nubes, luego de echar andar la reforma energética para entregar el petróleo (gasolinas-gas) y la luz en manos de la iniciativa privada, sobre todo a la extranjera.
Como diría el cómico Cantinflas, ’ahí está el detalle’, aunque insista en que “lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”; quizás se haya realizado en esta administración federal que está agonizando algunas cosas que beneficiaron a grupos sociales, un balance general los califica en escala de diez, con un 15 por ciento positivo y 85 por ciento negativo; según la voz del pueblo, al que pidió se lo demandara si le fallaba, cuando juramentó como Presidente de la República libre y soberana de México, y vaya que falló muy feo.
Ni duda cabe que Andrés Manuel López Obrador se sacó ‘la rifa del tigre’ porque tendrá que remar contracorriente, echar toda la carne al asador, sacar fuerzas de flaqueza, conseguir una varita mágica y pedirle a Dios un milagro para sacar el ‘buey de la barranca’; claro que se puede pero habrá que sudar la gota gorda y todo mundo tendrá que caminar derechito, la voluntad la está demostrando el ‘Santón de Macuspana’ y muchos de los que ganaron las pasadas elecciones; el pueblo está ansioso de verlos en acción para saber ‘si como roncan duermen’.