viernes, abril 26, 2024
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ALFIL NEGRO

“Yo emito mi alarido por tejados de este mundo” (Poetas vivos)

Inseguridad Nacional
Oscar D. Ballinas Lezama

La inseguridad continúa expandiéndose como cáncer en toda la República Mexicana, hasta ahora, la violencia generada por el crimen organizado sigue siendo el flagelo más preocupante para los Gobiernos en turno, sin embargo, aún no han podido encontrar la forma de erradicar este mal, el sol no se puede tapar con un dedo.
La gente de las entidades del centro y norte del país están siendo vapuleadas por la falta de seguridad, las diversas corporaciones policiacas no han podido establecer una contraofensiva que detenga a los carteles, aunado a ello, la delincuencia sigue infiltrándose entre algunas autoridades, bañándolas de corrupción.
Culiacán, Guanajuato, Coahuila, Jalisco, Guerrero, Veracruz y la Ciudad de México, se han convertido en un mercado de la barbarie; el miedo ha empezado a meterse por todos los rincones del país, en donde la gente considera que no hay más opción que la pronta intervención de la Guardia Nacional, sin embargo, éste grupo élite de militares no parecen tener aún la luz verde para enfrentarse de lleno al hampa.
Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno en la Ciudad de México, acaba de anunciar que para el mes de Septiembre la Guardia Nacional irá con todos para brindar seguridad en las colonias con foco rojo de la delincuencia, mientras tanto, los defeños tendrán que rascarse con sus propias uñas, ya que las diversas corporaciones policiacas civiles, han demostrado que no pueden o de plano no quieren confrontarse con el hampa, y por ello al pueblo le está yendo como en feria.
Mientras que la Jefa de Gobierno minimiza el tiempo de la urgencia para atender el problema de la inseguridad, los asesinatos, robos y asaltos están a la orden del día, ante la indiferencia y la resignación de los habitantes de ese lugar, que esperan su turno como posibles víctimas de la delincuencia, sin que nadie diga ‘esta boca es mía’ para buscar solución al problema; la mayoría se ha perdido en el laberinto de las promesas incumplidas, están cayendo en el mismo error que tanto han criticado a sus antecesores.
Chiapas, aún siendo el Estado con menos inseguridad en la nación azteca, no está en un lecho de rosas en cuanto al tema de la inseguridad, sobre todo, en la zona del Soconusco, en donde grupos delincuenciales están encontrando ayuda con los migrantes malandracos, los que por necesidad de obtener dinero para sobrevivir y seguir su éxodo al norte del país, se enrolan con las mafias.
Suchiate, un municipio fronterizo que durante décadas se ha distinguido por sus altos índices delincuenciales, ahora se ha convertido en una tierra de nadie, donde la vida no vale nada y los malandracos operan a sus anchas, aprovechando la falta de preparación de sus policías municipales, empezando por el Director de Seguridad que carece del perfil para ese cargo tan delicado.
Los quejosos, presumen que la mayor parte de los delincuentes son extranjeros que cruzan el río Suchiate para asaltar, violar o asesinar a la gente que lucha por sobrevivir en ese infierno en que han convertido a Suchiate; la ciudadanía exige a la Alcaldesa que prohíban a los motociclistas usar cascos con caretas polarizadas, por lo deben establecer retenes para revisarlos y evitar que anden armados, tomando en consideración que generalmente los asaltos y asesinatos son cometidos por motociclistas.
Por otro lado, existe la presunción de que las bandas organizadas, en algunas ocasiones se ponen de acuerdo con los choferes de tráileres que llevan cargas para simular asaltos en los que amarran y se roban la mercancía completa, lo que al parecer no les preocupa porque, al igual que los tráileres, están asegurados.
Otros municipios con focos rojos en inseguridad, y donde sus ediles deben ponerse a trabajar son: Julio César Calderón Sen, de Cacahoatán; Éver Herrera Ibarra, de Frontera Hidalgo; de Metapa, Aremi Balboa Victorio; Oscar Gurría Penagos de Tapachula; Gilberto Barrientos Coyotzi, en Mazatán; en Huehuetán, Victoria Aurelia Guzmán Reyes; José Luis Laparra Calderón, de Huixtla; Manuel Narcía Coutiño, de Tonalá, y la alcaldesa interina María Candelaria, de Arriaga; si bien es cierto que la inseguridad que existe en esta región y el resto de la entidad chiapaneca no se compara con la del centro y Estados del norte del país, la inclusión de los maras y otras clicas centroamericanas a las bandas establecidas en la frontera sur, ha provocado el aumento de la delincuencia en algunas regiones chiapanecas.
El Gobierno de Chiapas hace su mejor esfuerzo para atajar la delincuencia, está poniendo gran voluntad por reducir los índices de los delitos, pero es difícil combatir la inseguridad en un país que desde hace décadas se convirtió en caldo de cultivo del crimen organizado; habrá que trabajar arduamente en el tema, invertir recursos suficientes y luchar por erradicar la corrupción dentro de los cuerpos policiacos, Ministerios Públicos y Jueces que pudieran estar contaminados.
Tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador, como el gobernador Rutilio Escandón Cadenas, han venido trabajando arduamente en el tema del combate a la inseguridad, sin embargo, Roma no se hizo en un día, tendrán que seguir trabajando incansablemente día con día; es urgente que llamen a los Alcaldes, legisladores federales y locales a cerrar filas y trabajar con más responsabilidad, así como buscar tener la participación de la sociedad para trabajar conjuntamente en el rescate de la seguridad en nuestro país.

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