Por Oscar D. Ballinas Lezama
“Con el desconfinamiento, puede provocarse una segunda ola de contagios” (reflexión popular)
¡No Bajen la Guardia!
Millones de mexicanos salieron ayer como estampida en tropel, buscando las calles y lugares públicos para celebrar la “nueva normalidad”; ahí, bailaron todo el día y parte de la noche con la muerte, mucha gente no quiso escuchar las advertencias de la Organización Mundial de la Salud, afirmando que México está en el momento más peligroso para contagiarse del coronavirus.
Los expertos en salud, no acaban de entender los motivos que la federación tuvo para dar por concluido el confinamiento y la jornada nacional de la Sana Distancia, sabiendo que el horno no está para bollos en los 32 estados del país, los que siguen en semáforo rojo porque los infectados se cuentan por miles y los muertos por cientos.
En Chiapas, los comerciantes y una gran mayoría de empresarios no quisieron esperar el día primero de junio, desde el sábado por la mañana se montaron en el caballo apocalípticos del Covid-19, el que no ha sido sometido y representa un peligro mortal para todo mundo, no obstante, que el presidente de México jura y perjura que ya lo domó.
Y para demostrar que el coronavirus le hace lo que el viento a Juárez, el primer mandatario mexicano recorre desde ayer lunes el Sureste mexicano, hoy podría estar dando el banderazo del arranque de la obra del Tren Maya, siendo hasta el próximo domingo en que regresará a Palacio Nacional.
Para nadie es secreto que en medio de este pandemónium que ha generado el desconfinamiento en México, la gran mayoría de la ciudadanía no está siguiendo las normas establecidas por el Subsecretario para la Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, lo que podría traer como consecuencia una segunda oleada del Covid-19 y entonces, ni yendo a bailar a Chalma se van a salvar de volver al polvo de donde viene la humanidad.
El mismo López Gatell, todo asustado por lo que vio durante el día de ayer, reconoció que no existen las condiciones para la aplicación de la “nueva normalidad”, la que desde el sábado la empezaron aplicar y desataron una tremenda movilidad de personas y vehículos. “No debemos subestimar la mortalidad de un virus, que en pocas horas puede pasar de una agresividad leve a una de alta gravedad, sobre todo, en personas mayores, enfermas o embarazadas”, afirmó el funcionario federal.
Luego diría, “la población debe mantener la claridad de que en estos momentos el riesgo es lo máximo, ya que estamos donde se genera un alto nivel de contagio; la sociedad debe replicar esta advertencia, para que todos sepan que la pandemia no se ha terminado, los semáforos de la crisis sanitaria están en rojo”, abundó.
En una entrevista a nivel nacional, el responsable de la salud de los mexicanos insistió en que se debe seguir con la sana distancia, quien pueda quedarse en su casa que lo haga, el uso del cubrebocas, guantes y caretas no debe olvidarse, ya que podría ser la diferencia entre la vida y la muerte, advirtió el funcionario de la Secretaría de Salud en México.
Finalmente, confirmó que el regreso a clases se pospone hasta el 10 de agosto, siempre y cuando los semáforos rojos del Covid 19 hayan pasado al color verde; aunque no aclaró, sobre las semanas de supuesta evaluación a los alumnos que tuvieron clases virtuales, que, según el titular de la SEP, podrían realizarse en las tres semanas de junio. De ser así, todo saldría ‘junto con pegado’ (diría mi abuela), a menos que ‘acuerden’ con el coronavirus y este no ataque en esos días a los niños y jóvenes.
Es curioso escuchar las declaraciones del titular de la Secretaría de Salud Pública en el país, reconociendo que se está en el tiempo de mayor riesgo de contagiarse con el virus del covi-19, mientras que, por otro lado, autorizan la terminación de la cuarentena y la jornada nacional de sana distancia, para dar inicio a la “nueva normalidad”.
¡Qué alguien nos explique mejor!, pero mientras son peras o manzanas, no hay que bajar la guardia porque la vida no retoña; ahora, en cuanto a los que no quieren cuidarse, el gobierno debería obligarlos porque se pueden convertir en portadores del virus y los juegos de la muerte serían de nunca acabar.
Los que han vuelto por sus fueros, son los hampones que han desatado una nueva etapa de violencia, asaltos y robos a empresas, instituciones de gobierno, transeúntes y clientes de los bancos; por otro lado, vialidad municipal y tránsito del estado, sigue sin meter en cintura a los conductores del transporte público que no solamente han subido el precio del pasaje, sino que además no quieren respetar las medidas preventivas contra el coronavirus, menos ahora que inició la ‘nueva realidad’.
Por cierto, en este río revuelto generado por el coronavirus, los comerciantes en los mercados, tendajones y transnacionales venden sus productos y servicios al precio que se les da la gana; solo como botón de muestra, el casillero de huevos que ya de por sí estaba caro a 35 pesos, hoy tiene un costo mínimo de 90 pesos.
Sin mencionar a los lagartones de la CFE, para quienes la pandemia no existe y le vienen hincando duro el diente a sus clientes, existen muchos recibos en que les aumentaron hasta mil quinientos pesos más, por el servicio a cada usuario.
¿Existirá alguien que pueda ayudarnos o ya nos llevó el payaso?