viernes, abril 19, 2024
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El Averno

No Creen y Luego Lloran
Omar Escamilla

Desde el estrato social que me diga, hay personas que no creen en el Covid y siguen pensando que es una cortina de humo, una conspiración de una sociedad secreta, salida de Marvel Comics. ¡No! Hydra no existe, lo que sí existe es este virus y mata dolorosamente
Conozco casos de algunos amigos. Unos van al Club Campestre y otros venden tacos; otros son políticos, pero tienen algo en común: tampoco creen y se pasean como si estuvieran en el paraíso. El golpe llega en seco, duro como caída de moto y azotas con el piso. En ese momento sus cabezas se llenan de oxígeno. Ya comienzan a carburar, sienten que tienen tos y que el aire se les va. Los primeros síntomas son psicológicos, los demás son cuando el abuelito, el tío, el hijo o el amigo, cualquiera de ellos está bien ensartado desde la nariz hasta el pecho, recibiendo oxígeno para que no se mueran. Después de esa etapa, muchos fallecen, no la libran o como dice el que me vende tacos de canasta, se van al otro potrero.
Para eso, ya dejaron una estela de infección con la familia. Y sigue uno y otro y otro. Pero qué necesidad. Mejor hay que cuidarse y seguirse cuidando. Es un mito que no vuelve a dar. Sí da, pero en la segunda vuelta, ya las defensas están bien bajas. La posibilidad de irte al otro potrero es más alta.
De acuerdo a médicos especializados en el tema, son cuatro meses que pasan para que ya no tengas inmunidad. A final, tendremos comprar la vacuna para volver a caminar libremente
La pandemia de Covid-19 te mete a una prisión. Preso en tu país, en tu Estado, en tu ciudad y en tu casa. Además, presa del miedo a esta enfermedad que parece que no se terminará.
“El dolor es un ensayo de la muerte”.
Enrique Bunbury
Héroes.
Para los que no creen, los verdaderos héroes están en los hospitales, tienen nombre y apellido; tienen puestos de médicos, enfermeros, afanadores, trabajadores sociales, choferes de ambulancias. Ellos te atienden cuando la vida se te va. Muchos se han ido también, pero lo que no vemos es que son seres humanos que también enferman.
Sólo nos quejamos del mal servicio, muchos de ellos están enfermos y muertos.
Sukrol.
Me llegaron mensajes a mi WhatsApp para decirme que ya me había tardado en poner el dedo en la llaga. En señalar la pudrición en que convirtió Cruella De Vil el DIF municipal. Se quejaban de anteriores trienios, pero no sabían que estaban en un lecho de rosas.
Cuando llegó la señora Vil, de forma inhumana quitó centros de terapia y rehabilitación. Que estaban en distintos puntos de la ciudad y en la parte baja del antiguo hospital Carmen de Acebo. Inhumanamente mandó las terapias y rehabilitación a la parte de arriba.
Como dice mi hijo de prepa cuando le platico ¿Neta papá? Sí, es neta. Solo en esa cabeza de Cruella podría caber la idea de que quien no puede caminar tenga que subir escaleras. Que tome la señora vitaminas para el cerebro.
Con la alcaldesa Rosy Urbina, humana y consiente, las cosas mejoran.
Vecino.
Un sonido escandaloso de cláxones llamó mi atención. Ah, cañón, pue a qué santo celebran. Y ahí va el chismoso. Responsablemente, el de la casita de enfrente celebró un cumpleaños. Se cuida mucho del Covid.
Me dio gusto ver a una chica, creo la festejada, salir y dar un recuerdo. Muchos carros. No hubo abrazos, ella recibió sonrisas y lágrimas de felicidad.
Y como llegaron su fueron. Qué bueno porque no me dejaban escribir. Felicidades cumpleañera. Me quitaste un sorbo de café caliente, pero dieron un ejemplo para evitar la expansión del Coronavirus y tenía que ponerlo.
Padawan.
Antes de la peregrinación, estaba iniciando una anécdota que termina en breve receta. Sigamos. Ayer, leí un reportaje de Elam Náfate publicado a nivel nacional. Me dio gusto que ha progresado mucho en sus trabajos de investigación.
Aprovecho para felicitarlo por un texto muy amplio que publicó a nivel nacional sobre el Tren Maya, pero la razón es que su esposa que tanto lo quiere y lo consiente como un balón -ella practica Voleibol- me dio una receta para alivianar los daños del Covid. Muchos la tienen y funciona.
Es muy simple, dos tazas de agua, una cabeza pequeña de ajo con el rabo, una cebolla chica, cojoyo de guayaba y tortilla quemada. Todo a hervir.
Puede hacer inhalaciones del vapor para que se destape la nariz y bien caliente, lo más que aguante. Miel al gusto.
Y los Ninis.
Mañana me van a platicar de nuestros Diputados. O son fantasmas o están enfermos. Les apuesto a que muchos de los lectores no los conocen físicamente o no saben sus nombres. Ya daremos su historial de cada uno. Son Ninis.
Han abandonado esta tierra en la que votaron por ellos. El pueblo se los cobrará en alguna elección futura en la que piensen participar.

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