sábado, abril 27, 2024
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Los Asfixia la Nueva Normalidad

Sara Pantoja

En Mayo pasado, dos meses antes de cumplir 50 años de casados, el matrimonio De la Mora Robledo sufrió tres pérdidas: primero, el cierre de una cocina económica que tenían en el mercado ‘2 de Abril’ y el de un restaurante bar, ambos negocios están ubicados en la colonia Guerrero de la alcaldía Cuauhtémoc; después, la muerte de don José Javier, pilar de la familia, víctima de un infarto fulminante causado por el estrés porque sus negocios estaban agonizando a causa de la emergencia sanitaria por el covid-19.
“A mi esposo le afectó mucho la presión tan fuerte que tenía de pagar a los proveedores de cerveza, de vino, de carne… Los gastos eran muy fuertes. Teníamos empleados, pagábamos renta y Seguro Social… Llevábamos dos meses con los negocios cerrados y no aguantó. Era hipertenso.
“El 9 de mayo mi esposo se despertó, dijo que estaba muy cansado, pidió su pastilla y papaya para desayunar, pero se le fue el hambre. Se quedó sentado en la orilla de la cama y ahí le vino el infarto”, cuenta María Isabel Robledo.
El cierre de los dos negocios de esta familia de la Ciudad de México sólo es un ejemplo de los más de 5 mil establecimientos de este tipo que, según cálculos de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), han tenido que bajar sus cortinas definitivamente porque no soportaron los gastos ni la ausencia de clientes. En otros casos, hay dudas de que puedan recuperarse económicamente pese a la autorización de abrir al 30% de capacidad.
Eduardo Contreras, presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México (Canacope Servytur), asegura que, de los 400 mil pequeños negocios de comercio y servicios existentes en la capital, alrededor de 40% está a punto de cerrar porque en la “nueva normalidad” -como el Gobierno llama a este periodo- no ha podido recuperarse en lo más mínimo.
De hecho, proyecta que, después de que la ciudad entre a un semáforo epidemiológico verde -lo cual se ve lejano, según cifras sobre la epidemia-, tardarán, al menos, siete meses para recuperar la economía que tenían antes de la pandemia.
También se necesitarán, agrega, varios meses para recuperar los 220 mil empleos formales que se perdieron desde el inicio de la emergencia, como lo informó la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, el 24 de Junio último en Palacio Nacional.
El 12 de Agosto último la mandataria comentó que su Gobierno, en coordinación con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Nacional Financiera (Nafin) y el Banco Nacional de Obras (Banobras), analiza la posibilidad de ofrecer esquemas para apoyar a los miles de micro y pequeñas empresas que están en dificultades.
También defendió el éxito de los diversos programas que su administración ha puesto en marcha para atender la emergencia, destacando que se ha evitado el aumento de la ocupación hospitalaria, aun con la más reciente apertura de cines, albercas y museos, así como la conversión temporal de bares, antros y salones de fiesta a restaurantes.
Sin embargo, hasta el jueves 27 la Ciudad de México sumó 95 mil 185 casos acumulados confirmados de Covid-19 y 10 mil 370 defunciones.
Herencia y Crisis.
El local 16 del Mercado ‘2 de Abril’, que está detrás del Teatro Blanquita, considerado el sitio de comercio al menudeo más antiguo de la ciudad (1902) y declarado Patrimonio Cultural Intangible, ha sido atendido por cinco generaciones de la familia de María Isabel Robledo. En entrevista, cuenta que su abuela comenzó ahí vendiendo pan, tamales y atole, y que en 1955 le asignaron el lugar que tiene cuando reinauguraron la nave.
Con el tiempo, la abuela se lo heredó a su mamá y ésta, a su vez, a “Chabelita”, como la conocen los locatarios.
Hace poco más de 50 años, entre los puestos de verdura y los pasillos, conoció a José Javier, con quien se casó y procreó cinco hijas. También con el tiempo pudo ahorrar lo suficiente como para tener sus propios negocios.
Antes de la emergencia sanitaria, María Isabel, una de sus hijas, algunos de sus nietos y una joven madre soltera atendían la cocina económica a la que diariamente llegaban empleados de las distintas dependencias del Gobierno Federal, así como de escuelas, museos y empresas del centro de la ciudad.
Pero la indicación oficial de quedarse en casa y trabajar desde ahí les impactó fuertemente. Además, como ella es población en riesgo -tiene 69 años y es hipertensa-, también tuvo que resguardarse. Por eso decidió cerrar su local y ajustar los gastos de la casa para soportar la crisis. Apro

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