Con la eliminación del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), para México ahora será esencial contar con otro tipo de instrumentos, como emitir bonos para cubrirse de riesgos como sismos o huracanes, con lo cual el país dependerá más de los costos de los mercados internacionales y de organismos multilaterales.
La mayor intensidad de los fenómenos climatológicos que se presentan cada año en todo el mundo demuestra la importancia de reforzar la cultura de la prevención para contener sus efectos económicos y sociales.
En México, poco más de 40% del territorio nacional y casi un tercio de la población están expuestos a huracanes, tormentas, inundaciones, sismos y erupciones volcánicas, reconoce la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Lo anterior se traduce en términos económicos a que 30% del Producto Interno Bruto (PIB) del país se considere vulnerable a tres o más peligros, mientras que es 71% vulnerable a dos o más peligros.
En ese contexto, los fondos y la emisión de bonos catastróficos cobran cada vez una mayor importancia en los mercados financieros internacionales.
México cuenta con un Bono Catastrófico (cat bond) para cubrir riesgos asociados a desastres naturales por 485 millones de dólares que vence en 2024.
En Marzo de 2020, al inicio de la pandemia de Covid-19, el Gobierno, a través del Banco Internacional para la Reconstrucción y Fomento (BIRF) del Banco Mundial (BM), emitió un bono catastrófico que proveerá a México de una protección financiera por un monto equivalente a 485 millones de Dólares que representan alrededor de 9 mil 500 millones de Pesos contra pérdidas derivadas de sismos y ciclones tropicales.
Gasto Verde.
A diferencia de hace 20 años, los bonos y fondos catastróficos son más conocidos y aprovechados por los gobiernos federales que por los locales.
Sin embargo, es sólo una parte de una estrategia integral de la prevención, ya que es necesario contar también con gasto público para evitar y hacer frente al calentamiento global.
En la parte presupuestal, México tiene gasto adaptado a los objetivos de desarrollo sustentable para el cambio climático.
A lo largo de todo el presupuesto que está asignado a esos fines, 13 mil millones de dólares corresponden a gasto que se puede clasificar como verde.
México ha ratificado sus compromisos en materia de cambio climático y desde la SHCP se ha trabajado para que se adopten criterios verdes en todos los proyectos públicos, sociales y privados que tienen financiamiento de la banca de desarrollo.
Para eso se creó el Comité de Finanzas Sostenibles, con el fin de que el sector financiero privilegie los proyectos verdes o que atiendan brechas sociales.
Un proyecto específico que destaca es la inversión para la coquizadora en la refinería de Tula, Hidalgo, que reducirá la producción de combustóleo y que tiene una inversión prevista de 2 mil 400 millones de Dólares, con recursos privados facilitados por la Secretaría de Energía.
El conjunto de programas y acciones para la adaptación y mitigación de efectos de cambio climático tiene un presupuesto para 2022 de 65 mil 542 millones de Pesos. Incluye una asignación a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para promover medidas de ahorro y uso eficiente de energía eléctrica por 48 mil millones de Pesos.
En la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales se cuenta con 6 mil 567 millones de Pesos, para el Programa de Protección y Restauración de Ecosistemas que lleva a cabo la restauración ecológica en 15 mil hectáreas y 189 resoluciones en uso y aprovechamiento de la zona federal marítima-terrestre y terrenos ganados al mar.
Adicionalmente, con respecto a los temas ecológicos y de transición al uso de combustibles y tecnologías más limpios, en el proyecto de presupuesto para 2022 hay una propuesta para asignar 10 mil 168 millones de pesos a ese propósito, estrategia que representa un aumento en términos reales de 9.3% en comparación con lo asignado en 2021. Sun
Bonos Catastróficos, Arma Contra Desastres Naturales
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