Carlos Tomasini
Las actuales tasas de inflación y otros factores económicos y sociales hacen que sea muy probable que el costo de estudiar la universidad sea cada vez más alto.
«Lamentablemente, en México contamos con una nula cultura del ahorro y la prevención. Entonces, muchas familias batallan, al momento de que sus hijos ingresan a la universidad, para solventar todos los gastos. Esto genera que muchos jóvenes abandonen sus estudios», apunta Santiago Pérez, CEO y cofundador del sitio Ahorraseguros.mx.
En ese contexto, una alternativa es contratar un seguro educativo. Este, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), es un producto financiero que además de ser parecido a un plan de ahorro, garantiza que los beneficiarios reciban el dinero acordado para continuar sus estudios en el nivel superior, aun cuando los padres o tutores hayan muerto.
Los pagos o «primas» para un seguro educativo pueden ser mensuales, trimestral, semestrales o anuales, según la elección de quien contrate o las condiciones de la aseguradora, y en todos los casos cobran un porcentaje de interés, indica el organismo descentralizado.
«Es importante que tomes en cuenta la edad de tu hijo o hija, pues entre más pronto se compre el seguro del menor, los montos de pagos se reducirán, ya que la suma asegurada se dividirá en más años. Regularmente, los plazos que manejan son de 15, 18 y 22 años para cubrir los planes contratados», aclara la dependencia de la Secretaría de Hacienda.
De acuerdo con Ahorraseguros.mx, a diferencia de un seguro de vida común, los seguros educativos sí garantizan el pago del dinero invertido, sin la necesidad de que ocurra algún siniestro, accidente o fallecimiento.
«Además, este seguro no solo brinda la oportunidad de ahorrar para la educación y el futuro de los hijos, sino que también es un ahorro para disponer en caso de que se presente alguna situación inesperada que requiere de ayuda financiera de emergencia», apunta.
Fideicomisos Educativos.
En cuanto a los fideicomisos educativos, la Condusef explica que se trata de instrumentos jurídicos y financieros que dan mayor flexibilidad al momento de ahorrar, ya que permiten calcular el precio de una universidad en específico y, con base en esa proyección, se calculan las aportaciones del plan de ahorro.
«Este fideicomiso debe estar operado por un banco, mismo que funciona como el fiduciario, y es el encargado de captar, custodiar, administrar e invertir las aportaciones para generar rendimientos del dinero que vayas depositando», detalla la Comisión.
El periodo de aportación de este producto es menor que el del seguro educativo y permite conocer desde un principio la cantidad y los periodos de aportación.
«Algunas instituciones financieras tienen convenios con universidades nacionales e incluso extranjeras de las que te puedes beneficiar», informa la Condusef. Sun





